El Chiquinini era muy inquieto y lo de atarle a una silla durante varias horas eran palabras mayores. Además los primeros meses lloraba bastante. La solución ya se sabe que pasa por que hagan el viaje dormidos, pero tampoco era fácil. Hay niños que caen groguis en cuanto montan en el coche, pero él no. Y además si duerme más de la cuenta durante el día, no duerme por la noche. Por otro lado nos daba con frecuencia malas noches, y eso yo lo llevo mejor si estoy en mi casita. Y por último, tooooodo lo que hay que llevar para viajar con un bebé, ¡uf! Se me quitaban todas las ganas.Con el tiempo todo va mejorando, se va normalizando, nosotros también nos vamos “haciendo” con la situación, y el segundo año ya hicimos tres o cuatro viajes largos en coche. La solución, que a día de hoy sigue siendo la mejor para nosotros, es salir de viaje a las 6 o las 7 de la mañana, dependiendo de los kilómetros que haya por delante, para que el Chiquinini vaya dormido varias horas, pero sin acumular demasiado “exceso” de sueño, que es muy suyo…
