No se entiende muy bien el morbo económico que despiertan los periódicos sobre los viajes del Papa. Ya sucedió con el último viaje a Gran Bretaña, y ahora pasa con el viaje a Santiago y Barcelona, los próximos días 6 y 7 de noviembre.
Quizá uno se siente tentado de pensar que puede ser para ocupar espacio en las páginas y tiempo de atención dedicada a asuntos marginales, que en principio son de ordinaria administración.
Así no hace falta centrarse en los motivos y asuntos comprometidos que serán tratados en esos mismos viajes apostólicos, que pueden despertar y también escocer las conciencias de los ciudadanos en asuntos morales y cívicos, colindantes con intromisiones políticas de los gobiernos nacionales o regionales en la sociedad civil.
De todos modos, como puede verse en el trato informativo y en la encuesta del diario La Vanguardia, y también en la explicación que sobre los datos y cifras concretas hace Forum Libertas, la respuesta ciudadana ante el presunto "excesivo" coste de la pregunta acerca del viaje es clara: