(JCR)
Si se tienen las agallas suficientes para cerrar los ojos cuando uno está dentro de una destartalada furgoneta cargada hasta arriba que enfila una curva a 120 kilómetros por hora por una carretera llena de baches, viajar en transporte público en África es una experiencia de la que se aprenden muchas cosas. Así volví a comprobarlo el pasado 16 de marzo cuando recorrí los 400 kilómetros que median entre las ciudades congoleñas de Butembo y Goma. Podía haber viajado en avión, pero mi curiosidad por ver de cerca una de las zonas de África más conflictivas y al mismo tiempo más hermosas pudo con mi miedo a desplazarme por una carretera donde de vez en cuando aún ocurren asaltos y emboscadas. Cuando salí a las cinco de la madrugada, aún de noche, rumbo a la avenida principal de Butembo, con mi bolsa al hombro, iba excitado y deseoso de fijarme en todo como un chiquillo que acude a un parque de atracciones por primera vez.[...] Leer más!