«Prólogo de Sergi Doria»
«“Existen dos grupos de escritores -señala Sergi Doria al comienzo de su prólogo-: los que leemos -solo leemos- y los que, además de leerlos, nos acompañan”. En este segundo tipo se enmarcaría Josep Pla.»
Reseña escrita por Ricardo Martínez
https://ricardomartinez-conde.es/
Es bien fácil recomendar, por sus largos merecimientos, un autor así por cuanto su literatura parece haber inventado al lector; lo hace una figura necesaria por cuanto la narrativa de Pla no podría ser entendida sin escuchador, sin interlocutor consciente: curioso, observador, incluso con su aquel de retranca.
Su escritura es la de un observador no frío, que deja a solas al lector, sino que, por su condición de hombre de tradición, es un observador pensante; siempre hay una alusión a las cosas (y su sustancia interior, tan significativa para nosotros), a la condición ‘biológica’ de todo, al tiempo: “Ahora estamos en la época de los días cortos, días que se acortan un poco más cada día porque nos vamos acercando al de menos luz solar del año, que es, según el calendario astronómico, el 21 de diciembre” Repare el lector, siempre, en el atinado uso de las comas, en la rigurosidad interna de su gramática. “En tal fecha termina el otoño, que es época de declinación, y empieza el invierno, que a pesar de ser la estación más inhospitalaria del año, representa el punto de partida para llegar a las horas de sol tibio, de aire suave y fino de la primavera”
Cada renglón, casi cada palabra, supone incitación, acercamiento. Uno nunca se siente solo leyéndole, tal vez por, una vez más -tal como ocurre con esos escasos y fecundos y ‘educados’ escritores, que los hay- el señor Pla, el de la boina, tiene la gentileza de escribir como si lo hiciese para mí, que le estoy escuchando y me hace vivir más allá, más hondamente, de lo que yo lo hubiera hecho por mí mismo, si estuviese a solas, ante un escenario no descrito por él.
Y qué decir cuando añade a su discurso su punto de pensamiento, como de reparar por dentro: “Si el mundo se estacionara en la luz y el aflojamiento otoñal, por más benigno que fuere, no haría más que decaer y agonizar lentamente. El invierno, en cambio, por más frío que sea, por más encharcado y picante que se presente, deja ver en lontananza -remota, ciertamente- el verde fino y los rosas nacarados que llegan con el perfume de las violetas”
El señor Pla, con esa un si es no es cachazuda forma de decir, nos consuela con ese discurso sin malicia donde, a mayores, el lector casi se atreve, mientras lee, a atribuirle un gesto antiguo y pausado como si nos estuviese hablando y, al tiempo, obtuviésemos de ello convencimiento.
Literatura, pues, limpia, directa, sincera, en alguna manera liberadora de discursos esquivos o interesadamente intencionados. Así es este libro plagado de rasgos de escritor en tantos textos breves, fecundos, desiguales como no podría ser menos, más siempre alusivos a una voluntad, a un criterio, a una forma consciente de mirar.
Un autor siempre curioso, respetuoso. Siempre de viaje, que nos lleva al tiempo que inocula compañía generosa, conocimiento sin estruendos.
Séale dada aquí, pues, una vez más, la bienvenida.
SINOPSIS de la editorial:
“Existen dos grupos de escritores -señala Sergi Doria al comienzo de su prólogo-: los que leemos -solo leemos- y los que, además de leerlos, nos acompañan”. En este segundo tipo se enmarcaría Josep Pla, el mayor prosista de la lengua catalana y uno de los grandes de la literatura española del siglo XX, tanto en sus artículos como en los textos nacidos al calor del ocio. Porque en todos ellos se siente la inteligencia de esa mirada que se detiene en el detalle, atrapa con precisión el correr del tiempo y dibuja con sinceridad irónica los tipos y paisajes de la geografía ampurdanesa.
En mayo de 1942 Pla publica Viaje en autobús en el sello Áncora y Delfín, de ediciones Destino, considerado por muchos como uno de los mejores libros en castellano de la posguerra. El narrador reivindica el viaje como fin en sí mismo en un trayecto moroso que, lejos del exotismo, pretende la desnudez estilística y surge de la observación en silencio desde la ventana de un autobús. El escritor solitario fuma y medita entre viajantes de comercio, recorre paisajes de la Costa Brava y hace de la lentitud ocasión para evocar otros tiempos. Pla lee el periódico, sufre el frío, el hambre… y concluye: “Las ilusiones hay que reservarlas para aliñar las pasiones del amor y humanizar la ironía”. Toda una filosofía de vida.
A lo largo de 1943 el escritor publicará, en el semanario Destino, una serie de artículos en torno a un “calendario sin fechas” por encargo de Ignacio Agustí, amigo y director del semanario. En estas páginas transita por las cosechas, la pesca, la meteorología, las leyendas o las festividades. Todo un recorrido que no escapa a su visión escéptica en la que trata de enlazar la dura realidad que le tocó vivir con esos momentos atemporales que constituyen La huida del tiempo.
La calle Estrecha verá la luz a comienzos de 1951 y fue premiada en su versión original catalana con el Joanot Martorell. Nos encontramos ante una de las novelas más reconocidas del autor, donde se reúnen las observaciones de un joven veterinario en su relación con los vecinos de Torrelles (topónimo literario de Palafrugell, la villa natal de Pla). Momentos de la vida anodina de provincias sin aparente hilo argumental, de sus gentes con sus pasiones y sus rarezas… que nos vienen a revelar el interés literario de Josep Pla por sacar a la luz esa grandeza que se esconde en las “cosas pequeñas”.
El autor:
Josep Pla i Casadevall (Palafrugell, 1897– Llufríu, 1981) es sin duda el mejor escritor contemporáneo en lengua catalana (aún hoy, a 37 años de su muerte, es el más leído) y uno de los grandes narradores en castellano, autor de una obra inmensa, publicada en 38 tomos (más de 30.000 páginas). Murió mayor y trabajó hasta el final, preparando y corrigiendo sus Obras Completas. Así quiso titularlas.
El libro:
Viaje en autobús. La huida del tiempo. La calle Estrecha ha sido publicado por Editorial Biblioteca Castro. Prólogo de Sergi Doria. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 672 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo un vídeo, un documental biográfico sobre la vida y obra del autor catalán Josep Pla (1897-1981). El reportaje se divide en cuatro etapas: la primera (1897-1936) describe su etapa como corresponsal de prensa, autor de libros de éxito, diputado y corresponsal parlamentario en Madrid. En la segunda (1936-1948) se narra su huida a Francia al estallar la guerra civil, su regreso a Barcelona con las tropas franquistas y sus años de reclusión voluntaria en el Ampurdán, años de reflexión que inspirarán definitivamente su obra; la tercera parte (1948-1965) se dedica a su etapa como autor de reportajes para la revista Destino, durante la cual escribirá obsesivamente sus nuevos libros y elaborará su obra completa; la cuarta y última (1966-1981) es la de “El quadern gris“, síntesis de toda la obra planiana, y la del reconocimiento general de su literatura como una de las aportaciones más valiosas de la cultura catalana a la cultura española y universal.
Para saber más:
Josep Pla en Wikipedia.