3 de Julio Rapsodia sobre un tema de Paganini, op. 43 Variación n.º 18: Andante cantabile Serguéi Rajmáninov (1873-1943)
Hoy uno de los héroes del movimiento pianístico del Romanticismo.
Cuando escribió esta obra, Rajmáninov ya había corrido lo suyo. En 1917, tras el estallido de la revolución bolchevique, huyó de Rusia con su familia en un trineo, sin más equipaje que un puñado de dinero, unos bocetos musicales y la partitura de dos óperas, El gallo de oro, de Rimski-Kórsakov, y Monna Vanna, del propio Rajmáninov y aún incompleta.
Se dirigieron al norte, hacia Finlandia, y llegaron a Estocolmo; al año siguiente se trasladaron a Copenhague, luego viajaron a Nueva York; finalmente se instalaron en Los Ángeles, ya en 1942. El compositor nunca volvió a Rusia, pero la añoró toda su vida y la música que compuso en sus últimos años desborda nostalgia.
No compuso mucho durante sus años de destierro; el vanguardismo hacía furor en todas partes y su romanticismo pianístico no atraía precisamente a los críticos musicales; por ejemplo, su cuarto concierto, estrenado en 1926, fue un fracaso. Por necesidades económicas se vio obligado a aceptar una agotadora serie de contratos como pianista de concierto y director de orquesta; quedaba poco tiempo para escribir.
Solo cuando terminó de construir en Suiza una villa que le recordaba a su vieja casa familiar recordó que estaba en condiciones de volver a componer con placer. En esta villa, que estaba cerca del lago Lucerna, y en este día del año 1934, empezó a componer una de sus obras más perdurables, la Rapsodia sobre un tema de Paganini.
Formalmente ingeniosa, la obra está salpicada de magia, aunque hay un movimiento concreto que se ha apoderado de la imaginación del público y no la ha abandonado. Rajmáninov sabía perfectamente que la Variación n.º 18 sería un éxito arrollador. «Esta es para mi agente», parece que dijo en son de broma.
Clemency Burton-Hill