Revista Viajes

Viaje obligado a Barcelona

Por Rodrigoespino @donde_viajo
Ustedes se preguntarán quién me obligó a viajar a Barcelona o aún mas, por qué tuve la suerte de que me obliguen a ir a tan hermosa ciudad. Yo les digo que no fue nadie, que simplemente fue por iniciativa propia y por un deseo mío de hace mucho, de conocer esta ciudad después de tantos viajes. Pero, ¿por qué digo que es un viaje obligado? Es que últimamente con cada persona que hablo que regresa de Barcelona, dice que es una de las ciudades más lindas que conoció en el mundo, sino la más. Todos hablan de sus maravillas, de lo linda y cultural que es y de que volverían sin dudarlo. Entonces, cuando llegó el momento de decidir el destino de mis próximas vacaciones, Barcelona se me apareció allí, obligándome a visitarla

Vista de la ciudad de Barcelona

Con vistas como esta, me esperaba Barcelona


Obviamente que no lo dudé ni un segundo, se lo propuse a un gran amigo que luego me acompañaría en mi viaje y partimos en un vuelo de Iberia con rumbo Madrid, nuestro primer destino antes de llegar a la ciudad Catalana.
La capital Española nos recibió con una pequeña lluvia molesta, pero eso no iba a empañar nuestro primer día de vacaciones. Pasamos la noche en Madrid y al día siguiente, tomamos el tren AVE para viajar hasta Barcelona. Nunca antes había viajado en tren por Europa y era un gran pendiente que tenía y que hace rato deseaba cumplir. Se cumplieron todas mis expectativas.Todos los comentarios de otros viajeros y experiencias que me habían contado de viajes en tren por Europa, no estaban muy equivocadas. En 2 horas y media aproximadamente ya estábamos en Barcelona, en un viaje que ni se sintió, con una comodidad envidiable para los argentinos que estamos acostumbrados a viajar en muy malas condiciones. 

Trenes en Europa, el AVE por dentro

El tren AVE por dentro


A nuestra llegada a Barcelona, salimos en busca de un Hostel, el que terminamos encontrando en Plaza Real. Una muy buena ubicación la del hostel, cerca del barrio gótico y a sólo una cuadra de La Rambla. Solo por si les interesa, el Hostel se llama Kabul y es recomendable si lo que buscan es un lugar con mucha actividad, gente joven y muchos extranjeros. Lo que me sorprendió de este hostel es que, por el precio de la habitación, te incluyen además del desayuno, la cena y el almuerzo. El recibimiento en Barcelona también fue con lluvia, pero no la suficiente como para no poder caminar en busca de nuestro hospedaje. Ese día alcanzó para acomodarnos y salir a conocer la ciudad de noche. Fue como un primer acercamiento para que, al día siguiente, pudiéramos sentirnos cómodos para aprovechar al máximo el poco tiempo de estadía que teníamos.

Camino al Parque Güell

De camino al Parque Güell

Temprano en la mañana siguiente, salimos con el objetivo de recorrer la ciudad. Tomamos el metro a pocas cuadras del hostel y nos dirigimos al Parque Güell, uno de los atractivos que se encuentra en lo alto de Barcelona. El Parque es un espacio público con muchos jardines y elementos arquitectónicos diseñados por Antoni Gaudí. Recomendable visitar, ya que el parque fue incluido en 1984 como Patrimonio de la Humanidad.

Patio del Parque Güell

La primerfoto que tomé del Parque


El arte de Gaudí en el Parque Güell

El arte de Gaudí en un espacio cerrado del Parque


Jardines del Parque Güell

Sus jardines, siempre con el toque de Gaudí


Perderse dentro del parque es una buena forma de ir conociéndolo, ya que paso a paso uno va encontrando sectores con rincones diferentes y sorprendentes. Columnas, mosaiquismo, fuentes de agua, jardines y mucho más para un lugar que no puede pasar desapercibido.

Edificación en el acceso al Parque

La edificación que más me gustó

Decoración de la Plaza del Parque Güell

Decoración del exterior de la Plaza central


Tras recorrer el parque, fuimos caminando a conocer otro de los principales puntos turísticos de la ciudad: la iglesia conocida como la Sagrada Familia. Lamentablemente al llegar nos dimos cuenta que así lo era, ya que la fila de turistas que había para ingresar era tan larga que daba vuelta a la manzana. Intentamos de conseguir las entradas mediante los cajeros automáticos del banco “La Caixa”, que lo que le permite a uno es presentarse en el horario que le indica la entrada y evitarse realizar la fila. Recomiendo que se tomen el tiempo de realizar esto previamente así se evitan esperas innecesarias y pueden aprovechar el tiempo para recorrer otras zonas. Otra forma de adquirir las entradas y ahorrarse la espera es a través de un sitio web que emite las entradas con la misma modalidad.Dado que nosotros no conocíamos todo esto y que teníamos poco tiempo para recorrer, decidimos seguir nuestro recorrido y no ingresar a la iglesia. La idea original era regresar al día siguiente, pero finalmente por cambio de planes, no lo realizamos. Sin lugar a dudas, ingresar a la Sagrada Familia es un pendiente que me llevo para obligarme a regresar algún día a Barcelona

Arquitectura de Barcelona

Esta edificación me llamó la atención, pero era solo de oficinas

Nuestro recorrido contin por las casas que diseñó Gaudí: Casa Milà, popularmente conocida como “La Pedrera” y Casa Batló, dos imperdibles de cualquier circuito turístico. Como descanso de nuestra caminata, terminamos sentados en un bar disfrutando de unas excelentes tapas.

Fachada de la Casa Batló

Fachada de la Casa Batló


Casa Milà (La Pedrera)

Casa Milà, otra construcción de Gaudí


Casa Batló (Antoni Gaudí)

Otra foto de Casa Batló


Para completar nuestro día, decidimos recorrer el Barrio Gótico. Recomiendo perderse entre sus callecitas angostas, descubriendo lugares a la vuelta de cada esquina. Sin embargo, no olviden llevarse un mapa ya que no fue nada fácil poder salir del barrio para encontrar nuestro camino de regreso al hostel. Parece un laberinto, pero la verdad es que es de las cosas que más me gustaron de la ciudad.Dentro del barrio gótico se encuentra la Catedral de Barcelona, que también se puede visitar como parte del recorrido. Obviamente, si se encuentra dentro del barrio gótico, es porque su estilo de construcción también lo es.

Catedral de Barcelona

Interior de la Catedral de Barcelona

Eso fue todo para nuestro primer día, el que nos pareció bastante completo en ese momento. Aunque a la distancia, me doy cuenta que nos faltaron muchas cosas por recorrer.Al día siguiente, un grupo de brasileros que estaban compartiendo habitacióncon nosotros nos ofrecieron ir a visitar el Nou Camp, estadio donde juega el Club de Fútbol Barcelona. Después de deslumbrarnos viendo por TV a nuestro compatriota Messi jugando de manera magnífica en este lugar, no pudimos negarnos y tomamos el metro en busca de este templo del fútbol. Ya en las cercanías del estadio podíamos ver la euforia que genera hoy por hoy el equipo. Venta de camisetas y todo tipo de merchandising con el nombre de Messi era una postal más de la ciudad. Fue gratificante ver desde dentro, el reconocimiento que tienen para con un argentino.

Estadio Nou Camp, Barcelona

Interior del Nou Camp


Campo de juego del Nou Camp

Desde el corner del campo de juego

Visitamos el museo del estadio y finalmente lo más esperado: recorrer los vestuarios y conocer el estadio por dentro, hasta llegar a centímetros del campo de juego.Realmente sentí un escalofrío enorme al recorrer el camino que hacen los jugadores para salir a la cancha.

Viaje obligado a Barcelona

Desde una de las tribunas del estadio


No los quiero aburrir con más de mis sensaciones sobre el estadio porque seguramente no a todos les guste el fútbol como a mí, así que les cuento que otros lugares que pueden visitar en la ciudad de Barcelona es el Maremagnum (un centro comercial construido sobre el mar), la Barceloneta (lo que sería la zona de playas de la ciudad) y los grandes mercados; siendo probablemente “La Boquería”, el más conocido de la ciudad.Esa misma noche nos despedimos de la ciudad tomando un Ferry que nos llevaría hasta la ciudad de Palma de Mallorca, donde pasaríamos los siguientes dos días. Seguramente en un siguiente post, les contaré de esta experiencia.
Regresando a lo que fue Barcelona, les cuento que no es que no quisimos quedarnos más días allí, sino que la cantidad de días de vacaciones que me correspondían por mi trabajo, no lo permitía. De hecho, ahora que recapitulé sobre el viaje, me hubiese quedado como mínimo dos días más,  ya que no hicimos a tiempo de conocer en profundidad la ciudad. Esto me lleva a reflexionar y a pensar que algún día deberé volver, pero lo que sí sé ahora, es que la próxima vez será sin sentirme obligado.

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