«Pocas cosas ejercieron en el pasado tanta atracción entre los viajeros como el mito del Lejano Oriente. China con sus ancianas leyendas, la exótica Conchinchina, el aroma de la nuez moscada, el clavo y la pimienta en el aire de las Molucas, las estupas de Borobudur en el corazón de la isla de Java, las selvas de Singapur, los sampanes en el mar de la China, el «reino ermitaño» de Corea, los palacios de Surinam, la desconocida península malaya…»
A pesar de declaraciones como esta: «Una dama no debería jamás desplazarse sin acompañante a un lugar recóndito», de boca de un editor inglés de guías de viajes del siglo XIX (Karl Baedeker, 1801-1859) descubrimos cada día nuevas damas victorianas que se aventuraron por países remotos. Ediciones Casiopea, y en concreto, su directora, Pilar Tejera, apasionada de las trotamundos decimonónicas, ha contribuido en gran parte a su conocimiento por parte del público. En este nuevo libro, se recogen las andanzas de algunas de estas aventureras por zonas del Lejano Oriente como China, Japón o el Sudeste Asiático. En palabras de Pilar Tejera, autora también de otros libros dedicados a las trotamundos victorianas «Mientras se cuestionaba la capacidad de la mujer para desenvolverse sola, muchas de ellas lograron liberarse de las limitaciones de su educación victoriana participando en el juego masculino de la exploración y también, en el conocimiento del imperio “extramuros”».
“Isabela Bird sería el primer miembro femenino
de la Real Sociedad Geográfica de Londres.”
«Su sexo y su entendimiento las hacen ineptas para la exploración y este tipo de trotamundos femeninos es uno de los mayores horrores de este fin de siglo XIX», declaraba Lord Curzon desde su silla de presidente de la Real Sociedad Geográfica de Londres. Pese a ello, la mujer hizo oídos sordos a declaraciones como esta. Beth Ellis en Burma, Annie Brassey navegando en su pro fue el primer miembro femenino de la Socipio velero, Mary Crawford Fraser viajando como esposa de un diplomático a Pekín y Tokio, Alicia H. Neva, casada con un empresario establecido en China, la misionera Annie Taylor en las estribaciones del Tíbet, la pintora Marianne North, perdida por las junglas de Java y Sumatra, Ida Pfeiffer, desconcertando con su humor a los antropófagos de Borneo, Constance Cumming, pintando los volcanes activos en Japón, Marie Stopes, recogiendo fósiles en Japón, Anna Leonowens el rey de Siam (El rey y yo), Harriet McDougall, viviendo en Borneo durante veinte años, Emily Innes en las ciénagas de Malasia, Sophia Raffles en las selvas de Sumatra, Helen Caddick recorriendo China y Japón, o Eliza Scidmore, a quien se debe los cerezos japoneses a orillas del rio Potomac, en Washington DC, son algunas de las protagonistas de este libro que pone de relieve que aquellas mujeres merecieron su propio espacio en el siglo de las exploraciones.
Y entre todas ellas os voy a hablar de mi favorita: Isabela Bird (1831-1904). No solo por ser la primera mujer admitida como miembro de la Real Sociedad Geográfica de Londres, sino que recorrió a caballo las islas Sándwich (actual archipiélago de Hawái) y el salvaje oeste americano. Exploró los rincones más remotos de Japón, China y malasia. Cruzó el desierto del Sinaí y los Himalayas y se perdió por Persia y Kurdistán donde los bandidos la asaltaron varias veces y con casi setenta años realizó su última gran azaña recorriendo el Atlas de marruecos a lomos de un caballo regalado por el propio sultán.
«Los viajes le dan a uno el privilegio de hacer las cosas más impropias con total impunidad.» Isabela Bird
“Todas ellas demostraron que la sociedad estaba muy equivocada o quería seguir ciega con respecto a las viajeras de la época.”
Un libro de Pilar Tejera imprescindible para todo amante de la aventura que se suma a sus dos anteriores Casadas con el Imperio y Viajeras de leyenda.
Al final del libro se incluye una interesante bibliografía.
Lee y disfruta de las primeras páginas del libro.
La autora:
Pilar Tejera (Madrid, 1958) quien, tras licenciarse en historia, trabajó en comunicación y en periodismo de viajes durante dos décadas. Su pasión por las trotamundos victorianas, que la mantuvo atrapada durante más de quince años, la llevó a crear en 2008, http://www.mujeresviajeras.com y el sello editorial Casiopea, especializado en títulos de investigación, voluntariado y aventuras protagonizados por mujeres.
Es autora de Viajeras de leyenda, dedicado a las aventureras victorianas en el siglo XIX, y en 2013 brindó un homenaje a las ciclo-viajeras, con el libro Pedaleando el mundo. Ha sido coautora del libro Todos los caminos llevan a África, que recoge las historias de cuarenta impulsoras de proyectos solidarios en el continente africano. Con Casadas con el Imperio, rinde un tributo a las mujeres que vivieron en la India bajo el dominio del Imperio británico.
El libro:
Viajeras por el Lejano Oriente (1847-1910) ha sido publicado por Ediciones Casiopea en su Colección Victorianas. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 206 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo un vídeo titulado Isabella Bird: la muchacha del Oeste.
Para saber más:
https://www.mujeresviajeras.com/