El territorio español en el siglo XIX (incluyendo a Galicia dentro de este territorio), no solamente tenía que ser gestionado políticamente, sino que también tenía que ser conectado. Para eso, se buscó crear una red de comunicaciones (sobre todo terrestres) que permitiesen articular el territorio español.
La articulación del territorio español es anterior al siglo XIX (camino de Santiago, vías romanas…), no es un invento de los gobiernos liberales. El hecho de trazar un plan de comunicaciones en el conjunto del Estado español no apareció hasta el siglo XVIII con los Borbones, y fue incentivado en el siglo XIX con los gobiernos liberales. Los Borbones establecieron la pauta radial: una capital que se relaciona con la periferia.
En esta tradición es como se desarrolla en el siglo XIX una red de comunicaciones que en Galicia supone la creación de redes de comunicación terrestre en forma de carretera. Este es el sistema que predominó hasta el siglo XX, cuando llegó el asfalto.
La primera carretera importante fue el Camino Real, que viniendo de Madrid llegaba hasta Coruña y Ferrol. Fue la principal vía de comunicación de Galicia con el interior peninsular desde finales del siglo XVIII. Luego detrás vinieron otras en el siglo XIX como la carretera Santiago-Pontevedra, y una segunda gran vía de acceso a Galicia, la Vía del Sur.
La construcción de carreteras en la Galicia del siglo XIX fue una tarea lenta, y carreteras de primera clase solamente fueron las dos mencionadas anteriormente. Hubo otras de segunda clase, pero la mayoría fueron carreteras locales, y de tercera clase, las más atendidas y construidas.
El gran sistema de comunicación del siglo XIX fue el ferrocarril, que presenta algunas características singulares en Galicia. En España, el ferrocarril comenzó en 1848 (salvo en Cuba). En Galicia, el ferrocarril tuvo tropiezos, básicamente hubo la línea central desde Palencia y llegaba a Monforte de Lemos, y allí se bifurcaba para Coruña y Vigo. Aquí fue el primer tropiezo, pues desde un principio hubo esta situación, porque el grupo más implicado en el ferrocarril era el de Coruña y Lugo.
Aparte de este trazado, hubo otro “primer ferrocarril”, el de Santiago-Carril, que es autónomo de este trazado estatal. Fue inaugurado en 1873, pero supuso un esfuerzo notable de las burguesías locales de Vilagarcía de Arousa y Santiago de Compostela. El trazado sigue una vía un poco original y queda descartada inicialmente una vía sur del ferrocarril.
Las ciudades de Santiago y Coruña estuvieron incomunicadas durante 100 años por ferrocarril. El ferrocarril en Galicia en el siglo XIX solamente se hizo la mitad de su trazado. El ferrocarril fue construido básicamente según el criterio de líneas políticas, en las décadas de los 50-60 de ese siglo. Después hubo un parón, y cuando se retomó en la Restauración, se buscó hacer del ferrocarril un instrumento de nacionalización, conectando todas las capitales de provincia con la capital (líneas políticas).
Estas líneas fueron construidas con el apoyo del Estado y realizadas por empresas privadas, y así se mantuvo el sistema ferroviario hasta la guerra civil y el franquismo, cuando se nacionalizaron las compañías ferroviarias y se fundó RENFE. Fue un trazado indeciso, que se realizó sobre todo en el siglo XX. El ferrocarril fue, de todas formas, un instrumento esencial en la integración de Galicia en el mercado interior peninsular.
Simón de Eiré