Hasta ahora había sido un tema intocable pero parece que los partidos y los ayuntamientos se han quitado ya la máscara y, una vez encendida la mecha, lo más probable es que el resto empiece a arder.
Cartel propagandístico del SVP suizo en 2007.
Todo el mundo lo criticó y estoy segura de que a los señores del Ayuntamiento de Vic también les pareció una aberración. Ahora ellos están haciendo lo mismo.
Hace una semana el Ayuntamiento de Vic, gobernado por CIU con el apoyo del PSC y ERC –esos partidos que se dicen de izquierda- y con el apoyo de Plataforma per Catalunya (PxC), un partido que se autocalifica de extrema derecha, aprobó, unilateral e ilegalmente, que a partir de ahora los inmigrantes necesitarán tener el permiso de residencia para poder empadronarse en el municipio.
Hoy, un edil del ayuntamiento de Badalona, del PP, sigue la brecha abierta en Vic y se solidariza con la decisión del ayuntamiento, recordando además que es “injusto” que un inmigrante tenga los mismos derechos que un ciudadano del pueblo.
De momento, muchos otros municipios han criticado la medida o han guardado silencio, pero no sería de extrañar que, si se permite que Vic lleve adelante esta medida, muchos otros hagan lo propio. Obviamente, los que Vic no empadrone irán a los municipios cercanos y, más pronto que tarde, aparecerán voces quejándose de la situación.
Una imagen de Vic, un municipio en el que el 25% de la poblacion es de origen inmigrante.
Lo que ha hecho el Ayuntamiento de Vic es simplemente vergonzoso, de cobardes, como dice Juan Manuel Pardellas. Es como borrar de un plumazo todas las convenciones de Derechos Humanos firmadas desde mediados del Siglo XX, además de pasarse la legislación por el forro.
Recordemos que negar el padrón significa negar el acceso a la sanidad y la educación, gratuitas y universales en España, un asunto del que ya se ha hablado con anterioridad porque muchos consideran que en España se dan demasiados 'privilegios' a los inmigrantes y que por eso han venido en tan alto número en los últimos años cuando en realidad ha sido el trabajo, que lo había y mucho para trabajar como mano de obra no cualificada y mal pagada, el que ha actuado como efecto llamada. Así se deduce del Anuario de la Inmigración en España 2009, según el cual las llegadas de extranjeros se equilibran con las demandas del mercado laborar, aunque es cierto que hubo un pequeño desajuste en la primera mitad de 2008 cuando ya la crisis afectaba a España pero seguían llegando multitud de inmigrantes, lo que hará que a finales de este año uno de cada cinco inmigrantes se encuentre en paro.