Revista Cultura y Ocio
Vicente Guerrero Saldaña, héroe y prócer de la independencia, cuyo apellido da nombre a nuestro estado; es posiblemente uno de los personajes cuya valentía y nobleza fueron emblemáticas en el ejército insurgente. Alto y moreno, dueño de fuerza formidable, posiblemente fue el único jefe insurgente de descendencia negra en una independencia organizada por hombres blancos de ojos azules.De familia campesina, su padre, realista convencido se llamaba Pedro Guerrero y su madre María Guadalupe Saldaña, esta había visto marcharse a su hijo con doble pesar: ver partir al hijo cuando decide secundar a Morelos y la prohibición del padre de toda comunicación con el héroe. Vicente Guerrero para ir en pos de la aventura de la independencia deja tras de sí a la pequeña Natividad, producto de su amores con María Nieves, mujer de pueblo que por los Arenales se había enamorado del arriero.Pronto se distinguió en la lucha armada y fue nombrado con el grado de general por Morelos para levantar el Sur en favor de las armas revolucionarias, decaídas ante las rencillas de los jefes insurgentes. En compañía de su fiel lugarteniente el negro Juan del Carmen, propinaron severas derrotas a los realistas Lamadrid y José Gabriel Armijo.Cuenta la anécdota poética sobre su padre; que ante él hincado, ofrecía a nombre del virrey una fuerte cantidad, pero ante lo inútil del ofrecimiento recurrió al chantaje sentimental; la leyenda narra que Guerrero lo escuchó conmovido y lo acompañó en su llanto; pero llamando a sus soldados les dijo: Compañeros ¿veis este anciano respetable? Es mi padre, viene a ofrecerme empleo y recompensa en nombre de los españoles. Yo he respetado siempre a mi padre; pero mi patria es primero… Entre 1813, 1814, Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu fue acusado por altos oficiales de mantener la lucha para generar beneficios económicos propios a través de operaciones fraudulentas, finalmente fue destituido por el Virrey Félix María Calleja del Rey, acusado de malversar de fondos y abuso de autoridad, siendo absuelto por mediación del auditor de guerra real.Dueño de una ambición sin límite logra que lo nombren comandante general del sur, supuestamente para marchar contra Vicente Guerrero. Las personalidad de los dos personajes es diametralmente opuesta: Iturbide ambicioso y sanguinario; Guerrero desprendido y humanitario. Iturbide entendiendo bien el carácter de Guerrero se apresuró a trasmitirle sus sentimientos amistosos; Guerrero en sus respuestas no dejaba lugar a dudas que no escucharía más propuesta que la que condujera a la liberación nacional; luego le enviaría un comisionado donde daría los pormenores para llevar a buen término los proyectos de independencia; por otra parte trata de apaciguar al virrey diciéndole que Guerrero se ha puesto a sus órdenes.
Iturbide no tuvo que luchar para convencer a quién ya estaba convencido de la necesidad de consumar la independencia nacional. En Iguala, Iturbide en su carácter de primer jefe del ejército trigarante juró ante Dios, bajo la cruz de su espada, la religión católica hacer la independencia de este imperio. Guerrero con gran generosidad pasó a segundo plano, Iturbide entonces difunde el Plan de Iguala ajeno totalmente al pensamiento de Guerrero. El 27 de septiembre de 1821 el Ejército Trigarante entra en la ciudad de México con Iturbide al frente. El 25 de febrero de 1823 comienza su actividad el congreso constituyente del imperio. Iturbide abdica ante él, el 19 de marzo de 1823.El congreso nombra a Vicente Guerrero presidente en abril de 1829; Antonio Pacheco Ical, miembro del Senado, presenta a la Cámara una propuesta para que se le declarase imposibilitado moralmente para gobernar la República; así lo dice el acta respectiva; el 11 recibió la cámara la exposición que el héroe suriano le dirigió, dando cuenta de su conducta en los últimos acontecimientos públicos y de su retirada al lugar de su nacimiento “donde permaneceré, dice la carta, hasta que la voluntad nacional no interrumpa mi sosiego”, pues no le había parecido sensato permanecer “en el campo de batalla con un ejército que se diría lo comprometía a obrar por defender mi causa propia” “Yo no conozco más causa que defender la libertad de mi Patria…Murió el 14 de Febrero de 1831, traicionado de manera terrible por un marino Genovés. Un enviado del presidente Bustamante se puso en contacto con el marino Picaluga que había prestado servicios a los revolucionarios mexicanos y tenía en aguas mexicanos un bergantín: el Colombo. Conociéndose su amistad con el General Vicente Guerrero; este no tuvo inconveniente en aceptar una comida del capitán del buque Francisco Picaluga a bordo del navío; una vez a bordo el General Vicente Guerrero se encontró preso, con el Colombo levantando anclas. Vicente Guerrero y sus acompañantes no tuvieron ninguna alternativa; llegando el buque a las costas de Oaxaca, en Huatulco; estando por cierto un pequeño transporte Colombiano el Francisco Guayaquil; Vicente Guerrero fue entregado a oficiales del IV regimiento, el capitán Miguel González, el teniente Fuentes, el alférez Maciel, unos días después se realizó el juicio sumarísimo que decidiría la suerte del General. Presidía el Consejo de Guerra el Coronel Vicente Canalizo (que llegaría a presidente de la república), dictando sentencia de muerte; siendo fusilado Guerrero el 14 de febrero de 1831 en Cuilapán. Llenando de oprobio y vergüenza a la nación ante el crimen político perpetrado; se dijo que el poder había pagado 50 mil pesos al marino Francisco Picaluga por la traición infligida; al regresar a su país; por su disposición y colaboración a la traición, condujeron al marino genovés ante las leyes de su patria. Se dice que allá los tribunales de su país le condenaron a muerte y a la pérdida de sus bienes que, los cuales el juez ordenó se trasladaran a la familia de Vicente Guerrero, representada en ese entonces por su viuda Guadalupe Hernández y su hija Dolores Guerrero. Tal resolución les fue notificada oficialmente por las autoridades genovesas, la familia de Vicente Guerrero Respondió que nada quería, nada pedía y nada recibiría; puesto que nada en la tierra les indemnizaría la irreparable pérdida del jefe de familia; el General don Vicente Guerrero y que Picaluga estaba perdonado.En el zarandeado Guerrero de hoy, ¿cuántos Iturbides, cuantos Picaluga y cuantos Vicente Guerrero rondarán sus caminos?