Vicious: clichés, chistes malos y risas forzadas

Vicious, la nueva serie de la británica ITV, es una insípida comedia escrita por el creador de Will y Grace y rodada con público. Protagonizada por Sir Ian McKellen (Freddie) y Derek Jacobi (Stuard), Vicious es el retrato de una pareja gay con una relación muy al estilo de la de Avelino y Pepa de nuestras Matrimoniadas; con todos los problemas de nuestra serie patria, pero sin ninguna de sus virtudes.

El detonante de la historia, si es que a ese batiburrillo de chistes malos y risas forzadas se le puede llamar ‘historia’, es el típico cliché del nuevo vecino. Sí, ese sorprendente inicio que hemos visto en clásicos como Apartamento para tres, Friends o The Big Bang Theory y en otros cientos de series que han pasado por nuestras televisiones sin pena ni gloria. De hecho, en este caso, el joven y apuesto Ash no es más que un recurso argumental, una excusa para presentar a Stuart y Freddie, una pareja gay que lleva 48 años en una relación, pero que no acaba de salir del armario. ¡Vaya, qué original!

Tras esto, descubrimos que Clive, el ex de Freddie, ha muerto y la pareja decide montar una velada, e invitar a Violet, Mason y Penelope, su grupo de amigos. Sobre estos, solo cabe decir que son unos personajes completamente planos cuya única misión es realizar comentarios impertinentes sin una pizca de gracia.

Pero este parece ser el espíritu de la serie. Vicious hace uso de un humor trasnochado propio de los años setenta en el que se unen los chistes de viejos y de suegras a todos los estereotipos gay imaginables, incluyendo el uso de un gaydar que está un poco oxidado. Si hay algo que se pueda salvar de todo el capítulo, es la carrera como actor de Freddie, que fue “todo un éxito” porque salió en un capítulo de Doctor Who.