No soy precisamente lo que se dice un fan de Patti Smith, ya que nunca he ido más allá de su álbum Horses y canciones sueltas de su obra posterior como Dancing Barefoot, Rock'N'Roll Nigger, People Have The Power o Summer Cannibals. Eso no quita para que siempre me haya parecido una de las figuras más interesantes del rock y por ese motivo me he embarcado en la lectura de su biografía escrita por Victor Brockis. Sentía mucha curiosidad por conocer los pasos que la llevaron de poetisa neoyorkina con cierto reconocimiento a primera figura del rock a mediados de los setenta. También me apetecía saber más de esa evolución personal paralela a su carrera discográfica y averiguar el porqué de aquel parón que la mantuvo alejada de la música durante tanto tiempo en la década de los ochenta.
Me gustaría decir en primer lugar que Victor Brockis no es un escritor cualquiera al que se le encomendó la tarea de recopilar información y publicar un libro más o menos decente sobre Patti Smith. Él mismo aparece en esta biografía, ya que fue de gran importancia para ella durante sus primeros años en Nueva York. A principios de los setenta fundó la Telegraph Books, editorial que publicó el primer libro de poemas escrito por Patti. Además, Brockis tiene el honor de ser el primero que la entrevistó de forma profesional tras la salida de aquel libro al mercado con escasa tirada de ejemplares.
El libro está escrito de forma fluida y se apoya con frecuencia en antiguas entrevistas ofrecidas por la propia Patti, así como en testimonios de personas que la conocieron en diferentes etapas de su vida o que fueron entrevistadas por el autor expresamente para el libro. Se podría decir que Brockis desarrolla el cuerpo principal de la historia apoyando siempre todas sus afirmaciones en fuentes externas que aportan la objetividad y confirman muchos de los controvertidos puntos expuestos. Tanto al principio como al final del ejemplar que poseo se intercalan varias páginas con fotografías en blanco y negro utilizadas para ilustrar los momentos clave en la vida de Patti Smith. No es de extrañar que estemos hablando de una biografía no autorizada, cuando la protagonista del libro no sale muy bien parada en algunas partes del texto. Sorprende descubrir que Patti Smith era ya desde su niñez un bicho raro desbordante de imaginación difícil de ubicar en el patio del recreo. Ella misma habla en las páginas del libro de su orgásmica experiencia viendo por primera vez a los Stones en televisión o de la relación intrínseca que siempre ha existido entre su sexualidad y su proceso de creación artístico.Sorprende descubrir como una persona tan fuerte vista desde fuera dependiera tanto de sus relaciones personales con los hombres. Se le atribuyen romances con gente como Todd Rundgren y Tom Verlaine de Television, así como Fred Smith de MC5. Este último fue su pareja estable desde finales de los setenta hasta su muerte prematura a principios de los noventa. La retiró de los escenarios tras la publicación del álbum Wave, convirtiéndola en una convencional ama de casa de Detroit con la que tuvo dos hijos varones. Otras personalidades importantes que desfilan por el libro son el controvertido fotógrafo Robert Mapplethorpe, uno de sus mejores amigos en los primeros tiempos, Andy Warhol, Bob Dylan o Debbie Harry, la líder de Blondie que siempre mantuvo con Patti una intensa y enfermiza rivalidad profesional. Resulta curiosa la escena en la que se encuentra por primera vez con Bob Dylan, el cual la aborda tras una actuación y le propone sin medias tintas embarcarse en la mítica Rolling Thunder Revue como artista invitada. En cualquier caso, hablamos de un personaje clave en la historia del rock que con sus éxitos y fracasos contribuyó a dar un nuevo impulso a la, ya por entonces, oxidada maquinaria del rock de mediados de los setenta.
El libro hace mucho hincapíe en la poderosa presencia escénica de Patti, tanto como poetisa en sus primeros años como consolidada estrella del rock tras su asociación con el guitarrista Lenny Kaye. Siempre me ha resultado difícil verla como precursora del punk, ya que sólo hay que escuchar un álbum como Horses para descubrir que su música era de mucha más profundidad y calado que la del infantil y contestatario movimiento punk. El mayor problema de Patti en sus primeros años era principalmente no saber contenerse en una entrevista y carecer del filtro necesario para evitar la primera tontería que se le pasara por la cabeza. Tras la publicación de Radio Ethiopia y su fracaso en las listas de éxitos, se convierte en una persona desagradable y ridícula en ocasiones, capaz de hacer las declaraciones más sonrojantes en un escenario por el simple hecho de aportar algún significado político a su música. Su regreso a los escenarios en los noventa tras la muerte de su compañero nos trae de vuelta a una mujer más juiciosa y responsable liberada de la provocación que la había acompañado en sus primeros años de fama.El libro de Victor Brockis es de lectura obligada para cualquiera que quiera acercarse a la biografía de una artista única en su género. Es de las pocas figuras femeninas que no ha intentado atraer a su público por su físico o estética, apoyando todas sus canciones en la fuerza de su música y la inteligencia de sus textos. Aunque su discografía puede ser calificada de irregular o carente de cierta coherencia, su irrupción con el álbum Horses a mediados de los setenta sólo tiene parangón con el impacto de Like a Rolling Stone en el universo rock diez años antes.