Victoria de LA ROJA
O hablando de las claves para generar Branding
Si la roja, es así, es porque la roja, lo decidió, de ésta manera:
Valoración de las reacciones personales en entornos de máxima presión rescatando habilidades profesionales individuales para crear estrategias creativas de grupo, mejorando actitudes, por reconocimiento del valor profesional individual y encontrando estructuras globales de máximo rendimiento grupal.
Perfecta sincronía de personalidades diferentes, reubicadas en el puesto de acción donde las capacidades se desarrollan, con absoluta satisfacción, para todas las partes implicadas y agrupadas por intereses de victoria y crecimiento.
Enriquecimiento de la tarea y objetivos con valores invisibles de ética y moral grupal.
Trabajo constante y esfuerzo dirigido hacia un objetivo de éxito, asumiendo, de forma total, el concepto, de trabajo en equipo.
Fomento de una competitividad abierta, que enriquece a las personas y al proyecto, ofreciendo un trabajo dirigido a la victoria de un grupo que amplía su círculo de interacción de componentes y miembros, al mismo compás, en que se desarrolla y comparte la experiencia deportiva paso a paso. Generando un grupo que no es de titulares, substitutos, técnicos ... sino que abre brazos para abarcar al mundo entero donde incluyen a sus seguidores como uno más del equipo.
Un logro rotundo en la mecánica de movimientos de roles, que dan oportunidad, a todos los miembros del grupo a aceptar cambios positivos en la estructura habitual de trabajo, adaptándola, de forma perfecta, a la improvisación que resuelve obstáculos.
Un control de la herramienta que raya, la perfección, en todos y cada uno de sus miembros. Una clara, orientación al éxito grupal.
Y una seguridad pasmosa en que todos los componentes de diferencias y coincidencias, individuales que derivan en juegos estratégicos de perfecta sincronía grupales, que se manifiesta, en un bello estilo, que hace a la marca, desvelando, la sutil y hermosa diferencia, de carácter y emocionalidad española en comparación con la de todos sus competidores.
La pasión roja española, desde luego, ha estado en Sudáfrica.
Transmisión correcta del mensaje. Una perfecta, elección de mecanismos lingüísticos, atribuibles, sólo y exclusivamente, a la creencia absoluta de manejar el camino correcto y las claves del éxito, a través, del esfuerzo constante que genera grupo de alto rendimiento.
Fidelización por empatías, usando el canal de interacción de un mensaje total que engloba a todos !La victoria es nuestro único destino!
Impacto de imagen, impecable, promoviendo valores que despiertan la emocionalidad y que advierten de esfuerzos por aceptar responsabilidades que parten del individuo, pasean por el grupo, y definen un final, agrupando, a todo un país, y de paso al mundo, en el mismo y adecuado logro.
Identificación que generosamente parte del deseo de todos los componentes del equipo, con los intereses de todos los que les siguen y que revierte, multiplicado por infinito, en ellos. Sentimiento de agradecimiento mutuo que revierte en la buena onda, de la que ellos, hablan orgullosos.
Captación constante de atenciones de quienes les siguen y devolución, perfecta, de seguridad en el control de sus herramientas, que devuelven, generando confianza en la roja.
En todas sus apariciones públicas, el equipo, denota un claro sentido de misión. Si la roja es así, es porque la roja, lo decidió, de esta manera y con ello marcó un camino de ejemplos, varios, para conseguir, nuestro único destino: EL ÉXITO. La roja abre la caja que ha permanecido cerrada mucho tiempo, donde el valor, de un profesional, era medido sólo por su aceptación de esta o aquella otra política o procedimiento que invitaban a la sumisión de reglas en proyectos ya cerrados donde estaba todo hecho, y donde la valía era solo atribuible a dos o tres personas y cuatro o cinco elementos.
De aquella caja cerrada, a estas puertas abiertas que dan, a un mundo entero, que grita ¡PODEMOS!
El mensaje, a captar, lo manifestó Casillas entre dientes, cuando tenía un balón a punto de entrar en portería ¡Lo voy a parar!.
Es el grito de una juventud que le dice al mundo que ya no vale "A ver si lo paro". Lo único que vale es ¡Lo voy a parar!
Oído cocina. Esa pasión, movida, con tamaña determinación, es la nuestra.
¡Enhorabuena! España