Eidson trata de anotar - EFE.
Está acostumbrado a gobernar sus partidos y a exigirse de principio a fin. El Barça es un equipo insaciable que también sabe navegar en arenas movedizas y gestiona como pocos las malas jornadas, como la que tuvo ante el Unics Kazan. Incluso Juan Carlos Navarro estaba descentrado y falló dos tiros libres seguidos, los dos primeros que falla en la Euroliga, y erró el triple siguiente. Entre una jugada, pero Ndong cogió el rebote ofensivo para doblar a Wallace, que sí anotó el triple. Del inquietante 44-43 en el último minuto del tercer cuarto se pasó a un 60-45 a falta de 2m 40s tras un parcial de 16-2. El Barça, que acabó venciendo por 63-50, no afinó excesivamente su puntería, pero estuvo soberbio en dos aspectos que fueron clave para que lograse su octava victoria en el torneo: el rebote ofensivo y las recuperaciones. En ambas facetas contabilizó 16, mientras que su incómodo rival sólo cogió seis capturas en ataque y también robó seis pelotas por las... 24 que perdió.
Bloqueado, casi melancólico y cabizbajo anduvo el Barça la mitad del partido. En concreto, el segundo y el tercer cuarto, cuando se agobió de sí mismo y cedió ante los chispazos de tipos avispados como Greer, Veremeenko o Lyday. Los azulgrana no sabían descifrar a un rival incómodo que había conseguido llevar el partido al terreno que más le convenía (pocos puntos, posesiones largas o tiros mal seleccionados) y que había sobrevivido al recital inicio de Navarro y Lorbek (11-4) a fuerza de trabajo defensivo y coherencia en ataque. Tan poco carburaban los azulgrana que Xavi Pascual no pudo ser más elocuente en un tiempo muerto, cuando pidió a los suyos que fuesen más prácticos, que apostasen por el camino más recto: "Corremos para terminar dentro". La orden llegó justo antes de que el Unics Kazan se marcase un 0-7 de parcial y Greer pusiese a su equipo a un sólo punto y después de que el Barça se cansase de lanzar de tres -lo hizo hasta once veces en el segundo cuarto-.
Los azulgrana reaccionaron siguendo la advertencia de su entrenador y bajo la batuta de Huertas, recién nombrado jugador brasileño del año. Navarro y la pericia de Perovic, muy atento al rebote en cancha ajena, hicieron el resto y en un abrir y cerrar de ojos los azulgrana desmontaron al conjunto ruso. Un epílogo tranquilo en una cita difícil, el preludio antes de recibir el domingo a Unicaja, el último equipo que les ganó en el Palau, y de la visita a Siena al Montepaschi. De vencer en Italia los azulgrana se asegurarían el primer puesto del grupo.
BARÇA 63 (21+12+14+16): Huertas (8), Navarro (13), Perovic (7), Lorbek (11) y Mickeal (10) -quinteto inicial-, Sada, Vázquez (2), Wallace (3), Ingles (2), Ndong (2) y Eidson (5). UNICS KAZAN 50 (15+13+15+7): Lyday (12), Samoylenko (5), Veremeenko (6), Savrasenko (4) y Domercant (9) -quinteto inicial-, Pashutin, Greer (10), Gubanov (2), McCarty (0) y Jawai (2). Árbitro: Sasa Pukl (Eslovenia), Milija Vojinovic (Serbia), Elias Koromilas (Grecia). Sin eliminados. Incidencias: Partido correspondiente a la octava jornada del grupo D de la Euroliga, disputado en el Palau Blaugrana ante 4.676 espectadores.