Victoria’s Secret vuelve con una pasarela más inclusiva

Después de una pausa de seis años, Victoria's Secret decidió volver a la pasarela en 2024 con un espectáculo que prometía ser más inclusivo, más diverso y más representativo de lo que significa ser sexy hoy. El famoso desfile de lencería, que dominó las pantallas durante dos décadas, dejó de celebrarse en 2019 debido a críticas por su visión limitada de la belleza, dejando a la marca con la tarea de reinventarse. Este nuevo capítulo, celebrado en el Brooklyn Navy Yard, marcó un intento por redimir ese pasado y abrazar la diversidad que el público actual exige.

La expectativa estaba por todo lo alto, y no era para menos. A lo largo de estos seis años, la marca ha enfrentado grandes desafíos: desde acusaciones y documentales que cuestionaban su cultura corporativa, hasta el cambio de las dinámicas del mercado, donde la inclusión se ha vuelto más que una tendencia, una necesidad. Sin embargo, Victoria's Secret decidió apostar por su legado y crear un espectáculo donde el brillo, las plumas y las grandes personalidades se mezclaron con un mensaje de transformación.

Una pasarela más diversa

El regreso del desfile fue una celebración que reunió a grandes nombres del pasado, como Tyra Banks, Alessandra Ambrosio y Adriana Lima, pero también a nuevas voces que representan una idea más amplia de lo que significa ser sexy en la actualidad. Lo que hace especial esta edición es el esfuerzo por abrir espacio a modelos que históricamente no hubieran tenido cabida en la pasarela. Supermodelos de talla grande, como Paloma Elsesser, y modelos transgénero, como Alex Consani, desfilaron con confianza y estilo, desafiando la imagen homogénea que alguna vez fue sinónimo de Victoria's Secret.

La participación de modelos mayores de 50 años también capturó el corazón del evento. Tyra Banks, Carla Bruni, Kate Moss y Eva Herzigova, todas superando los 50, se robaron los aplausos del público, demostrando que la sensualidad y el glamour no conocen de edades. Este cambio es un reflejo de cómo la marca está intentando dar pasos hacia la inclusión en diferentes niveles, algo que su clientela había estado pidiendo desde hace años​.

Moda, música y espectáculo

En cuanto a la puesta en escena, Victoria's Secret no escatimó en esfuerzo. El desfile fue una explosión de energía, con actuaciones de grandes estrellas como Lisa de Blackpink, Tyla y la legendaria Cher. Las plumas y las alas, elementos icónicos del desfile, volvieron, pero con un aire de renovación. Gigi Hadid abrió la pasarela con un body de satén rosa y alas rosas gigantes que inmediatamente evocaron la nostalgia de los antiguos desfiles, mientras que su hermana Bella desfiló con un conjunto rojo que elevó la temperatura del evento.

El espectáculo fue más allá de la moda. Desde fuegos artificiales hasta una pasarela con efectos visuales deslumbrantes, cada detalle estuvo diseñado para dejar claro que Victoria's Secret quería recuperar su lugar en el imaginario colectivo. Sin embargo, lo que realmente diferenciaba esta edición de las anteriores era la intención detrás del desfile: una voluntad genuina de reflejar la diversidad en cuerpos, edades y experiencias.

¿Una transformación real?

A pesar de los esfuerzos por evolucionar, el regreso de Victoria's Secret no estuvo exento de preguntas. Muchos se preguntaban si esta nueva versión de la marca estaba realmente comprometida con el cambio o si simplemente era una estrategia para apaciguar las críticas. Aunque es evidente que la diversidad tuvo un papel protagonista en la noche, algunos críticos han señalado que el desfile aún muestra una tendencia hacia los cuerpos extremadamente delgados, manteniendo ciertos aspectos tradicionales que podrían haber evolucionado más. No obstante, la inclusión de modelos como Paloma Elsesser y Ashley Graham, así como la representación trans con Valentina Sampaio y Alex Consani, apuntan a que la marca está tomando medidas concretas para ampliar su definición de belleza.

Victoria's Secret también ha intentado acercarse más a su audiencia a través de un enfoque que coloca a sus clientas en el centro. Según Sarah Sylvester, vicepresidenta de marketing de la marca, "nuestra clientela nos dijo alto y claro que echaba de menos el desfile". Esto fue un punto de partida para diseñar una pasarela que no solo recuperara el glamour, sino que también intentara conectar emocionalmente con el público, mostrándoles que la marca ha aprendido de sus errores y está dispuesta a hacer las cosas de manera diferente​.

Un desfile entre lo nuevo y lo nostálgico

El regreso de Victoria's Secret ha sido una mezcla entre lo familiar y lo renovado. Mientras que muchos elementos clásicos, como las alas gigantes y las plumas, siguen presentes, la diversidad de cuerpos y edades ofreció un respiro fresco a un espectáculo que alguna vez fue criticado por su enfoque limitado de la belleza. La actuación de Lisa, Cher y otras figuras clave de la música ayudaron a reforzar el ambiente festivo, mientras que la participación de modelos trans y curvy dejó claro que Victoria's Secret intenta caminar hacia un futuro más inclusivo.

A pesar de los retos, lo que quedó claro en este regreso es que Victoria's Secret sigue siendo un referente en el mundo de la moda, y aunque aún tiene mucho por hacer, la marca ha dado un paso importante hacia una representación más real y diversa. La gran pregunta que queda es si este enfoque inclusivo se mantendrá en el tiempo o si fue solo una estrategia temporal para volver a captar la atención de una audiencia exigente y en constante evolución.