No quiero el amor como una prenda que se amolde
de puntillas se acerco el infierno, queria ejecutarmehoy ese miedo, de tanto sentirlo, ya no le temo ese infierno desafilado con nada nuevo que ofrecermeDe visita en el tunel, me vi pasar desdoblada e inerte, con cuantas ganas desee,desee con todas mis fuerzas irme de este mundoal ver que dormido en mi gargantael grito de la vida, era aplastado, sodomizado, letal, un deseo oscuro, perfido y denso.
La cabeza en las fauces del gigante, el gigante reducido a ese deseo a sangre fria, con su pagina de dolor sin fin, agobiado por su demonio, reduce mi cabeza, la jibariza:Atravieso el tunel, el tunel cerrado por un muro inconformes las preguntas amontonadas
el infierno no es un lugar, va conmigo y me acompañala herencia y la extrañeza me ahogan
un edipo,ciego alarga sus brazos la boca desflorada de artemisa, sus ojos ardiendo
silencioso el desierto la sed del oceanoy la sal, pago/trueque/ por el miedo
Peregrino dentro de mi misma, de un lugar a otro, sin encontrar otra presencia omnipotentela dolorosa alerta, las luces sobre la caray el subterraneo del dia y la noche en mi garganta
De la memoria, un verso se ha caidoel vacio lo disgrega esporas de campiñas ensimismadas saltan sobre mi
Los remolinos del deseo buscan estamparse /en tu otro tu/ en mi otro yo,recuperar los mil placeres
-al dejar correr la oscuridad sobre mi