Revista Salud y Bienestar
Boceprevir es una nueva opción terapéutica, en combinación con peginterferón alfa y ribavirina, para aquellos pacientes adultos con enfermedad hepática compensada –tanto tratados como no tratados previamente- que tienen el genotipo 1 del virus de la hepatitis C, el más difícil de tratar1.
Comparado con la terapia estándar actual, boceprevir aumentó significativamente la posibilidad de que un paciente alcance niveles indetectables del virus y, en muchos casos, permitió reducir la duración del tratamiento
Boceprevir permite la individualización del tratamiento en función del tipo de paciente y su respuesta inicial al mismo, centrando su uso en aquellos pacientes con una mayor probabilidad de obtener un beneficio terapéutico
El tratamiento con Victrelis® (boceprevir), el primer inhibidor de la proteasa del virus de la hepatitis C (VHC) aprobado en España y la primera novedad en el tratamiento de esta patología en una década, acerca la terapia individualizada al abordaje de la hepatitis C. Esta es la principal conclusión a la que han llegado los especialistas reunidos con motivo del simposio “Optimización del uso de inhibidores de la proteasa en el abordaje del VHC” organizado por MSD en el marco del XXXVII Congreso de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) que se está celebrando en Madrid desde el 15 hasta el 17 de febrero.
Y es que boceprevir, además de aumentar significativamente la posibilidad de que un paciente alcance niveles indetectables del virus en comparación con la terapia estándar que se utilizaba hasta ahora (interferón pegilado y ribavirina) y de reducir, en muchos casos, la duración del tratamiento2, 3, destaca por la posibilidad que ofrece a los especialistas de individualizar el tratamiento en función del tipo de paciente y su respuesta al mismo.
De hecho, permite un uso racional y focalizado del tratamiento puesto que su utilización se centra en aquellos pacientes con una mayor probabilidad de obtener un beneficio terapéutico. Tal y como explica el Dr. Rafael Esteban Mur, jefe del Servicio de Medicina Interna-Hepatología del Hospital Universitario Vall d’Hebron, de Barcelona y moderador del simposio: “Gracias a la estrategia de lead-in, que consiste en administrar en las primeras cuatro semanas de tratamiento la terapia estándar y observar cuál es la tasa de respuesta viral obtenida, podemos individualizar el tratamiento”.
De esta manera, aquellos pacientes en los que se consigue bajar un logaritmo la concentración del virus tienen más de un 80% de probabilidad de curación al añadir boceprevir a la terapia estándar1. “Por lo tanto –apunta el Dr. Esteban Mur- podemos decidir cuáles son los mejores candidatos para recibir este tratamiento, así como predecir el tiempo de duración del mismo. Con este nuevo tratamiento ofrecemos a cada paciente las máximas posibilidades de erradicar el virus de su organismo, basándonos en los datos de la variación cinética de su carga viral durante el tratamiento”.
A esto se suma la posibilidad de interrumpir el tratamiento en aquellos pacientes con ARN del VHC ? 100 UI/ml en la semana de tratamiento 12 o con un ARN del VHC detectable confirmado en la semana de tratamiento 24, lo que se denomina regla de parada1. Esta interrupción evita efectos adversos innecesarios y disminuye costes de tratamiento6.
La individualización del tratamiento es una de las cuestiones más importantes en el abordaje de la hepatitis C si se tiene en cuenta que, además, “cada paciente en el que se consigue una Respuesta Viral Sostenida, es un paciente en el que se evita la progresión a cirrosis o cáncer y, así, optimizamos los recursos disponibles y reducimos los costes económicos asociados a la patología”, señala el Dr. Manuel Romero, director de la Unidad de Gestión Clínica de Enfermedades Digestivas del Hospital Universitario de Valme, en Sevilla, quien ha participado también en el simposio.
-Hepatitis C, la “enfermedad silenciosa”
La hepatitis C es una infección viral del hígado que se ha convertido lentamente en una epidemia y un problema de salud pública de primera magnitud. De hecho, se calcula que en torno a 130-170 millones de personas están infectadas por el virus de la hepatitis C (VHC) en todo el mundo4, una cifra cinco veces mayor a la de infectados por el VIH5. En el caso de España, se estima que la cifra oscila entre 480.000 a 760.000 personas, es decir, entre un 1 y un 2,6% de la población española6.
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los especialistas que tratan la hepatitis C es que “es una patología prácticamente asintomática que tarda muchos años en dar la cara”, explica el Dr. Romero. Además, muchas de las personas infectadas por el virus de la hepatitis C no saben ni sospechan que lo están. En consecuencia, quienes no están diagnosticados, aparte de no estar tratados, pueden continuar propagando el virus a otras personas sin saberlo.
Los tratamientos disponibles hasta ahora para la hepatitis C tienen ciertas limitaciones7, por ello la investigación en este campo se ha dirigido al desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas que permitan obtener mayores tasas de curación con una menor duración del tratamiento. Precisamente por esto, para el Dr. Romero "la aprobación de boceprevir para la hepatitis C crónica con genotipo 1 es muy importante porque ahora tenemos una nueva opción para tratar a los pacientes más difíciles de curar, que suelen tener niveles elevados de carga viral, fibrosis o cirrosis y trastornos metabólicos, que a la postre son la mayoría de los pacientes que vemos cada día en consulta”.
-Boceprevir: buenos resultados avalados por los ensayos clínicos
Boceprevir, el primero de una nueva clase terapéutica conocida como inhibidores de la proteasa del virus de la hepatitis C, está indicado para el tratamiento de la infección por hepatitis C crónica con genotipo 1, en combinación con peginterferón alfa y ribavirina, en pacientes adultos con enfermedad hepática compensada que no habían sido tratados previamente o que habían fracasado a la terapia1. La dosis recomendada de Victrelis es de 800 mg administrados por vía oral tres veces al día y con alimentos, aunque es suficiente ingerir un tentempié, por lo que no es necesario tomar comidas altamente calóricas1.
La eficacia de boceprevir como tratamiento de la infección crónica por el virus de la hepatitis C (genotipo 1) ha sido evaluada en aproximadamente 1.500 pacientes adultos en los ensayos clínicos de fase III (SPRINT-2) para pacientes que no habían recibido tratamiento previamente o (RESPOND-2) para aquellos en los que había fracasado el tratamiento previo1, 2, 3.
Tal y como destaca el Dr. Esteban Mur, en ambos ensayos, “la adición de boceprevir a la terapia estándar actual aumentó significativamente la posibilidad de alcanzar niveles indetectables del virus, obteniendo de ese modo una Respuesta Viral Sostenida (RVS) 2, que es el criterio principal de valoración de eficacia y que se define como el mantenimiento de niveles indetectables de ARN del VHC 24 semanas después de finalizar el tratamiento”.
En pacientes que habían fracasado previamente al tratamiento, boceprevir logró globalmente una tasas de RVS de entre un 59% y un 66%1 y en aquellos que tuvieron niveles indetectables del virus entre las semanas 8 y 12 de tratamiento un 89% de Respuesta Viral Sostenida
(RVS) 1. Es decir, en aquellos pacientes tratados con anterioridad y que no habían respondido al tratamiento, boceprevir incrementa notablemente la tasa de curación (RVS).
Por su parte, en pacientes naïve o que no habían sido tratados previamente para la hepatitis C, boceprevir incrementó entre un 28% y un 31% las tasas de curación (RVS) al conseguir una Respuesta Viral Sostenida de entre el 63% y el 66%1 -dos de cada tres casos-, aumentando hasta el 96% en los pacientes no tratados que respondían a las 8 semanas de tratamiento, permitiendo en estos casos acortar el tratamiento a 28 semanas.
Asimismo, la adición de boceprevir permitió a muchos pacientes una duración total del tratamiento más corta: “es posible acortar el tratamiento en cerca del 50% de los pacientes naïve que hasta ahora tenían que mantenerlo durante un año y que ahora puede reducirse a siete meses1”, concluye el Dr. Esteban Mur.
Comparado con la terapia estándar actual, boceprevir aumentó significativamente la posibilidad de que un paciente alcance niveles indetectables del virus y, en muchos casos, permitió reducir la duración del tratamiento
Boceprevir permite la individualización del tratamiento en función del tipo de paciente y su respuesta inicial al mismo, centrando su uso en aquellos pacientes con una mayor probabilidad de obtener un beneficio terapéutico
El tratamiento con Victrelis® (boceprevir), el primer inhibidor de la proteasa del virus de la hepatitis C (VHC) aprobado en España y la primera novedad en el tratamiento de esta patología en una década, acerca la terapia individualizada al abordaje de la hepatitis C. Esta es la principal conclusión a la que han llegado los especialistas reunidos con motivo del simposio “Optimización del uso de inhibidores de la proteasa en el abordaje del VHC” organizado por MSD en el marco del XXXVII Congreso de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) que se está celebrando en Madrid desde el 15 hasta el 17 de febrero.
Y es que boceprevir, además de aumentar significativamente la posibilidad de que un paciente alcance niveles indetectables del virus en comparación con la terapia estándar que se utilizaba hasta ahora (interferón pegilado y ribavirina) y de reducir, en muchos casos, la duración del tratamiento2, 3, destaca por la posibilidad que ofrece a los especialistas de individualizar el tratamiento en función del tipo de paciente y su respuesta al mismo.
De hecho, permite un uso racional y focalizado del tratamiento puesto que su utilización se centra en aquellos pacientes con una mayor probabilidad de obtener un beneficio terapéutico. Tal y como explica el Dr. Rafael Esteban Mur, jefe del Servicio de Medicina Interna-Hepatología del Hospital Universitario Vall d’Hebron, de Barcelona y moderador del simposio: “Gracias a la estrategia de lead-in, que consiste en administrar en las primeras cuatro semanas de tratamiento la terapia estándar y observar cuál es la tasa de respuesta viral obtenida, podemos individualizar el tratamiento”.
De esta manera, aquellos pacientes en los que se consigue bajar un logaritmo la concentración del virus tienen más de un 80% de probabilidad de curación al añadir boceprevir a la terapia estándar1. “Por lo tanto –apunta el Dr. Esteban Mur- podemos decidir cuáles son los mejores candidatos para recibir este tratamiento, así como predecir el tiempo de duración del mismo. Con este nuevo tratamiento ofrecemos a cada paciente las máximas posibilidades de erradicar el virus de su organismo, basándonos en los datos de la variación cinética de su carga viral durante el tratamiento”.
A esto se suma la posibilidad de interrumpir el tratamiento en aquellos pacientes con ARN del VHC ? 100 UI/ml en la semana de tratamiento 12 o con un ARN del VHC detectable confirmado en la semana de tratamiento 24, lo que se denomina regla de parada1. Esta interrupción evita efectos adversos innecesarios y disminuye costes de tratamiento6.
La individualización del tratamiento es una de las cuestiones más importantes en el abordaje de la hepatitis C si se tiene en cuenta que, además, “cada paciente en el que se consigue una Respuesta Viral Sostenida, es un paciente en el que se evita la progresión a cirrosis o cáncer y, así, optimizamos los recursos disponibles y reducimos los costes económicos asociados a la patología”, señala el Dr. Manuel Romero, director de la Unidad de Gestión Clínica de Enfermedades Digestivas del Hospital Universitario de Valme, en Sevilla, quien ha participado también en el simposio.
-Hepatitis C, la “enfermedad silenciosa”
La hepatitis C es una infección viral del hígado que se ha convertido lentamente en una epidemia y un problema de salud pública de primera magnitud. De hecho, se calcula que en torno a 130-170 millones de personas están infectadas por el virus de la hepatitis C (VHC) en todo el mundo4, una cifra cinco veces mayor a la de infectados por el VIH5. En el caso de España, se estima que la cifra oscila entre 480.000 a 760.000 personas, es decir, entre un 1 y un 2,6% de la población española6.
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los especialistas que tratan la hepatitis C es que “es una patología prácticamente asintomática que tarda muchos años en dar la cara”, explica el Dr. Romero. Además, muchas de las personas infectadas por el virus de la hepatitis C no saben ni sospechan que lo están. En consecuencia, quienes no están diagnosticados, aparte de no estar tratados, pueden continuar propagando el virus a otras personas sin saberlo.
Los tratamientos disponibles hasta ahora para la hepatitis C tienen ciertas limitaciones7, por ello la investigación en este campo se ha dirigido al desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas que permitan obtener mayores tasas de curación con una menor duración del tratamiento. Precisamente por esto, para el Dr. Romero "la aprobación de boceprevir para la hepatitis C crónica con genotipo 1 es muy importante porque ahora tenemos una nueva opción para tratar a los pacientes más difíciles de curar, que suelen tener niveles elevados de carga viral, fibrosis o cirrosis y trastornos metabólicos, que a la postre son la mayoría de los pacientes que vemos cada día en consulta”.
-Boceprevir: buenos resultados avalados por los ensayos clínicos
Boceprevir, el primero de una nueva clase terapéutica conocida como inhibidores de la proteasa del virus de la hepatitis C, está indicado para el tratamiento de la infección por hepatitis C crónica con genotipo 1, en combinación con peginterferón alfa y ribavirina, en pacientes adultos con enfermedad hepática compensada que no habían sido tratados previamente o que habían fracasado a la terapia1. La dosis recomendada de Victrelis es de 800 mg administrados por vía oral tres veces al día y con alimentos, aunque es suficiente ingerir un tentempié, por lo que no es necesario tomar comidas altamente calóricas1.
La eficacia de boceprevir como tratamiento de la infección crónica por el virus de la hepatitis C (genotipo 1) ha sido evaluada en aproximadamente 1.500 pacientes adultos en los ensayos clínicos de fase III (SPRINT-2) para pacientes que no habían recibido tratamiento previamente o (RESPOND-2) para aquellos en los que había fracasado el tratamiento previo1, 2, 3.
Tal y como destaca el Dr. Esteban Mur, en ambos ensayos, “la adición de boceprevir a la terapia estándar actual aumentó significativamente la posibilidad de alcanzar niveles indetectables del virus, obteniendo de ese modo una Respuesta Viral Sostenida (RVS) 2, que es el criterio principal de valoración de eficacia y que se define como el mantenimiento de niveles indetectables de ARN del VHC 24 semanas después de finalizar el tratamiento”.
En pacientes que habían fracasado previamente al tratamiento, boceprevir logró globalmente una tasas de RVS de entre un 59% y un 66%1 y en aquellos que tuvieron niveles indetectables del virus entre las semanas 8 y 12 de tratamiento un 89% de Respuesta Viral Sostenida
(RVS) 1. Es decir, en aquellos pacientes tratados con anterioridad y que no habían respondido al tratamiento, boceprevir incrementa notablemente la tasa de curación (RVS).
Por su parte, en pacientes naïve o que no habían sido tratados previamente para la hepatitis C, boceprevir incrementó entre un 28% y un 31% las tasas de curación (RVS) al conseguir una Respuesta Viral Sostenida de entre el 63% y el 66%1 -dos de cada tres casos-, aumentando hasta el 96% en los pacientes no tratados que respondían a las 8 semanas de tratamiento, permitiendo en estos casos acortar el tratamiento a 28 semanas.
Asimismo, la adición de boceprevir permitió a muchos pacientes una duración total del tratamiento más corta: “es posible acortar el tratamiento en cerca del 50% de los pacientes naïve que hasta ahora tenían que mantenerlo durante un año y que ahora puede reducirse a siete meses1”, concluye el Dr. Esteban Mur.
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