¿Cómo era físicamente Félix Urabayen?
Su mujer, la toledana Mercedes de Priede Hevia2, escribe que “era un hombre flaco, desgarbado, más bien pequeño, con un pronunciado tipo vasco … nariz larga, nuez pronunciada, boca algo hundida y ojos grises, pequeños, penetrantes”.
Dice que tenía una “espléndida cabellera negra y ondulada que peinaba hacia atrás.” Años más tarde, su sobrino Miguel recordará con melancolía cómo la figura de su tío se había encorvado y consumido.
“Sólo su cabeza con la hermosa cabellera que siempre tuvo –ahora de un gris plateado– se levantaba desafiante de un cuerpo que ya parecía vencido.” De sus ojos grises, pequeños y penetrantes, recordará que su expresión “seguía siendo tan viva como antes; y sus labios seguían plegándose en una ligera sonrisa burlona que anticipaba el agudo humorismo de su espíritu” .
Otros toledanos le recuerdan “con su boina vasca, fumando y andariego, pasando muy a menudo por la calle de Santo Tomé camino del paseo del Tránsito. Nada amable en apariencia, como huidizo y malhumorado y con una vestimenta algo rara”.4 Su esposa ratifica esta última opinión y dice que su esposo llevaba “melena, capa, chambergo y chalina de gran lazo”.
Máximo Martín-Forero, que fue alumno de Urabayen, nos ha dejado esta descripción:
El profesor de Gramática y Literatura Española ya tenía la cabellera plateada, con revolado mechón, adornando su frente. Eran sus ojos redondos, no muy grandes, con mirada penetrante, aguda y sagaz, yo diría tan irónica como su prosa; ni alto ni bajo, menudo de cuerpo. Vestía pulcramente, sin atildamientos, trajes de tonos juveniles, de tejido inglés y corte impecable
Otra persona que conoció a Urabayen fue Javier Malagón Barceló, quien escribió un emotivo retrato en el que nos recuerda a Urabayen como persona, como profesor, como novelista y como activista político.
Como persona, le recuerda como “un hombre gris, pero no en el orden humano o intelectual, sino por el color de su indumentaria: traje gris de paño inglés, zapatos grises de ante y sombrero gris peludo, y a ello habría que añadir el gris de la ceniza del cigarrillo que no se quitaba nunca de la comisura de los labios.”
En cuanto a su físico, nos dice que era de estatura mediana, “nuestros buenos cincuenta kilos”, pelo gris y una sonrisa que desconcertaba.
Como profesor le enjuicia como un liberal y un verdadero Maestro que “nos abrió un mundo no limitado al recinto amurallado de la ciudad, física y espiritualmente, y despertó en nosotros una serie de inquietudes en todos los órdenes de la vida” .
Leonard Shaewitz en Félix Urabayen centauro vasco sobre Castilla, dice que “de niño, fue más bien pequeño de estatura y siempre delgado y de poco peso. Su salud fue, en realidad, buena, aunque a cuantos le conocían les decía que estaba muy enfermo” . Al hablar de la salud de Urabayen, Fernández Delgado repite, con Shaewitz y otros, que era buena pero que decía que estaba enfermo aunque fuera mentira y añade que Esta inconsciente afirmación … se convirtió en verdadera obsesión, pues empezó a atormentarse con que debía estar
tuberculoso, temor que le acompañó durante toda su vida como presunción de su propio final .
Manuel Baer, en el prólogo a la edición El barrio maldito, le describe como Bajo de estatura, magro de carnes, de nariz prominente y boca firmemente dibujadas, mejillas escurridas y mirada honda, teñida a veces de melancolía, un tanto hipocondríaco, afable en el trato, maestro perspicaz, lector omnívoro y conversador ingenioso hasta el sarcasmo (13).
Urabayen por dentro ¿Y cómo era Félix Urabayen por dentro? ¿Qué personalidad tenía?
Su hija, María Rosa, al hablarme de su padre me dijo una frase que me pareció que le definía muy bien. “Era un hombre de detalle.” Detalle en la vida y en la muerte, detalle en la obra literaria, detalle en su manera de irritar a los demás, detalle en su superioridad, detalle en sus debilidades.
Manuel Baer le describe como una rara avis … de talante liberal y convicciones republicanas, pedagogo progresista, rico por matrimonio, bohemio a ratos y autor afamado por sus colaboraciones en la prensa diaria, fue parte de la pléyade de intelectuales de izquierda que la victoria de Franco extirpó de la faz de este país y cuya memoria sepultó en el olvido durante cuatro décadas (13).
Su esposa dice que Urabayen fue siempre un obstinado y tenaz, aunque parecía débil y sin gran voluntad … pero sobre todo era un hombre bueno, comprensivo, liberal, veraz y honesto; todo ello con la naturalidad de lo ancestral del vasco primitivo. Creyente, pero no practicante, su amplitud de ideas le acercaban a todos lo medios sociales .
Miguel Urabayen, que conoció personalmente a su tío ya en los últimos años, escribe que “si las debilidades de la carne encontraron muy poco campo en su delgado cuerpo, lo mismo puede decirse de las flaquezas del espíritu” ya que no era envidioso y tuvo una desahogada posición económica al casarse con uno de los mejores partidos que había en Toledo en aquel entonces.
Tenía también un buen sentido del humor y cuando contaba una historia “no sólo hablaba; sus gestos y actitudes eran un extraordinario acompañamiento mímico … con una voz de súbita fuerza y volumen”. Su esposa le recuerda como buen narrador y charlista que “pontificaba sobre cualquier tema … le ayudaba su voz llena, algo bronca y potente, en contraste con su cuerpo flaco y desmedrado”
Urabayen tenía sus fobias y una de ellas era el terror a las tormentas, por las que sentía “un miedo irracional que no podía dominar aun sabiendo lo absurdo de su actitud” (1968 b, 27).
El odio a los viajes era otra de sus conocidas manías.
Granjel añade a estas manías la de la avaricia y dice que “parecía mixto de vasco y judío”8 (1968 a, 257). Por otra parte, su vida cotidiana era mas bien provinciana y sin grandes acontecimientos, fumaba casi continuamente, nadie le tuteaba (salvo la familia) y aunque poseía un automóvil con chofer a Urabayen le encantaba andar.
Shaewitz opina que don Félix “era un hombre de ideas muy abiertas, pero a la vez solía adoptar actitudes opuestas a las dominantes” . En la Primera Guerra Mundial fue germanófilo para llevar la contraria a la mayoría de sus amigos.
Hilario Barrerohttp://www.cervantesvirtual.com/obra/vida-y-obra-de-un-claro-vascon-de-toledo-el-legado-literario-de-felix-urabayen--0/
Revista Cultura y Ocio
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