Santos Juliá.
Vida y tiempo de Manuel Azaña
(1880-1940).
Punto de lectura. Madrid, 2010.
Publicada por primera vez en Taurus hace dos años, Vida y tiempo de Manuel Azaña, la minuciosa obra que escribió Santos Juliá es probablemente la biografía definitiva del político y escritor que llena una parte decisiva del siglo XX en España.
Se abordaba así la vida de una figura poliédrica y compleja de quien fue un prestigioso intelectual y un escritor notable, un político reformista que fracasó en el empeño de modernizar el país atrapado entre dos fuegos, el de la España ultramontana, católica y reaccionaria, y el del radicalismo incendiario de los extremistas de izquierda y del anarcosindicalismo.
De las ilusiones reformistas a la lucidez amarga de la derrota republicana hay una peripecia histórica y personal que Azaña reflejó en sus escritos. Lo subraya así el biógrafo cuando evoca una primera lectura clandestina de sus obras completas, en la que faltaban los discursos y otras piezas importantes como El problema español o Apelación a la República:
Merecía la pena leer a Azaña porque un pasado del que nos cortó abruptamente la guerra de nuestros padres, se convertía, al descubrir su palabra, en un tiempo digno de ser descifrado, un pasado en el que era preciso hurgar porque en él podían encerrarse algunas de las claves para una cabal comprensión de la miseria que nos había tocado en el presente.
Desde su infancia hasta su muerte en el exilio, desde su obra crítica y creativa hasta su actividad política, la biografía que elaboró Santos Juliá se basa en la recuperación de la obra completa de Manuel Azaña, que incorporaba abundante material inédito:
Era, en realidad, una nueva edición, que por una parte permitía poner en valor los periodos de la vida de Azaña apenas tocados en biografías anteriores; y, por otra, narrar desde una base documental mucho más sólida la vida entera del personaje, prestando una especial atención a su familia, a su infancia y juventud, a sus amistades, sus aficiones y gustos, al empleo de su tiempo, su trabajo, sus lecturas, los ámbitos de sociabilidad en los que se movía, los debates en los que participaba. Había que desechar la imagen, cansinamente repetida hasta hoy, del solitario, desconocido, frustrado, rencoroso, oscuro funcionario, y comenzar por el principio, a ver qué salía. Y esto es lo que he intentado con esta Vida y tiempo de Manuel Azaña.
La infancia que eran recuerdos de una casa triste en Alcalá de Henares, los estudios en el Jardín de los Frailes de El Escorial, la juventud perdida, la vida que empieza en Madrid y París, la actividad como ateneísta, su postura francófila en la Guerra Europea, el trabajo literario en la revista La Pluma, su crítica novecentista al 98, la República, el Ministerio de la Guerra, la Presidencia, la Guerra civil y el exilio y la persecución son algunos de los veinticuatro eslabones que completan una biografía que en palabras de su autor no aspira a retratar de una vez por todas al personaje, ni a dar con una clave explicativa de su «caso»; no divide en periodos con fecha fija el curso de su vida: demasiado complejo fue Manuel Azaña, demasiados golpes recibió de la fortuna, como para decir que fue esto o lo otro, que hay dos, tres o cuatro Azaña, o uno solo, de una pieza.
La reciente edición en formato de bolsillo en la colección Punto de lectura es una nueva ocasión para acercarse a la figura de Azaña a través de sus circunstancias biográficas y el tiempo histórico problemático en el que desarrolló su actividad intelectual y su compromiso político.
Santos Domínguez