Revista Cine
Videados 127: El desafío de Hércules, L. Cozzi 1983
Publicado el 31 diciembre 2014 por Lord_pengallanVoy a reivindicar esta peli aunque tiene truco: la ponían tan mal que esperaba videar un truñazo.
Los 80 fue una década conservadora y hay una ley, que de momento se está cumpliendo, que dice que eso significa Cine de Romanos o peplum, como a mi me gusta llamarlo. Saben que soy un snob. No obstante esa década rompe con aquella por 2 motivos: 1, el conservadurismo fue muy patriotero o nacionalista de ahí que el cine produjese pelis donde los estadounidenses ganaban todas las guerras que perdieron en los 70 (Nam, drogas, delincuencia, Fría...) y 2, la sobrevalorada Conan el bárbaro. Esta peli fue un pelotazo como indica que triunfó en un contexto de Ciencia Ficción, Star Wars. Conan el bárbaro hizo que volviese el metal y la Antigüedad pero al hacerlo de forma fantasiosa acabó impidiendo el resurgir del peplum, que tuvo que esperar a la anhelada por los conservadores estadounidenses victoria de Bush jr. ya en el siglo XXI. Sin embargo, a finales de 1982, con el éxito de Conan todavía caliente, suave y húmedo, no era descabellado pensar que se había invocado al peplum más popular: el muscular. Así, unos productores judíos fueron a Italia, cuna y único practicante de ese subgénero cinematográfico, para resucitarlo naciendo, entonces y entre otras, El desafío de Hércules.
Por tanto esta peli es un peplum moderno, si bien muy pocas cosas lo diferencian de los clásicos, los de 1959-1965. Quizás la principal es el nombre de su protagonista. Este, como el actor más importante del peplum muscular, Steve Reeves, es un culturista estadounidense pero se diferencia de él en una cosa nada baladí: tiene nombre italiano. Antes de Nam los forzudos que protagonizaban los peplum musculares debían tener nombres artísticos estadounidenses, daba igual su origen. En aquel momento, el momento cumbre del poderío de EE.UU., un héroe de acción que no fuese estadounidense no vendía una mierda en Europa (y EE.UU. patria, junto con Francia, del chovinismo). Así pues, que el protagonista tenga un nombre italiano significa que estamos ante un peplum diferente.
La diferencia está en la parte visual y en el erotismo porque en el fondo y en la explotation El desafío de Hércules es totalmente peplum muscular de libro. Estamos en plena tormenta starwasiana. Los vientos de la Space Opera infantil y rancia soplan muy fuerte por lo que sólo se puede salir a navegar con un aire fantacientífico. Así lo hace esta peli: comienza mostrando el Universo y relatándonos su origen como si fuese una peli de Ciencia Ficción del Cine Paranoico, insiste en lo estelar, en lo blanco y en lo brillante, cosa que curiosamente remite directamente a Homero pues el insigne presuntamente ciego canta que los olímpicos siempre van de blanco y oro todo luminosos y relucientes, y el enfrentamiento va ser el de la Ciencia-Tecnología contra lo mítico, que no es irracional como se suele decir sino simplemente acientífico pues fundamentalmente es poético, funciona por asociaciones y semejanzas, metáforas. En cuanto al erotismo estamos ante uno light como es norma en el peplum popular pero más picante porque 15 años nunca pasan en vano. Así, un mito erótico underground como Sybil Danning, a quien en la cara se le empieza a notar ya la decadencia, mal maquillaje, pero su cuerpo sigue siendo muy atractivo, se pasa toda la peli con un escote tan borderlino que cualquier movimiento saca sus pezones al aire. O eso me pareció a mi pues videé El desafío de Hércules en el ordenador y no en una pantalla grande :(. Y la damisela en peligro, Ingrid Anderson, una belleza pasmada, luce el vestido sacrificial más mínimo jamás visto en un peplum. Lamentablemente tan bien diseñado que no enseña nada (y cuando tiene que correr se lo cambian por otro aún más estratégico para que nadie se lleve una alegría inesperada: conservadurismo).
Os juro que cuando se mueve se le salen los pezones.
En cuanto a los demás ya decimos que es puro peplum muscular clásico. Ferrigno es mal actor pero eso se puede decir de todos los actores musculosos. El italoamericano no es peor que el gran Reeves, Schwarzenegger o Stallone simplemente no tiene ese algo que le dé el carisma que necesitan todos los actores para poder cegar al público y así ser populares: la hermosura y la elegancia del 1º, la contundencia del 2º o la inteligencia del 3º. No obstante, como muy bien explica R. de España lo que se exige de un musculoso es que su cuerpo haga verosímil las proezas de fuerza que realiza su personaje. Los mejores actores shakespirianos o stanilavskianos son incapaces de lograr eso por mucho método y tablas que tengan. Ahí Ferrigno es tan competente, o más, que los demás actores musculosos que, por otro lado, jamás protagonizan pelis (melo)dramáticas. El cine de acción es más de cuerpo y apariencia que de gestos y de voz. Las mujeres son guapas, los secundarios son piltrafillas y los villanos viejos (en cierta forma el peplum reproduce el conflicto generacional presente en los mitos griegos así como la idea mítica de la renovación de lo viejo mediante el triunfo de lo joven). En cuanto a lo explotation la peli es un catálogo de los momentazos de los taquillazos más próximos a 1983. Así, Hércules tiene un origen parecido al de Superman, si bien este está copiado del de Moisés a su vez copia del de Sargón de Akkad, el 1º emperador conocido y el 1º sobre el que se conserva el cuento de que su madre lo arrojó en una cesta al Cosmos confiando en que sería socorrido por alguien. También alguna cosilla de Conan y Excalibur tiene, al igual que homenajes al peplum muscular clásico (y metraje suyo también), pero sobre todo canibaliza a Star Wars: espadas luminosas y duelos a muerte en puentes sobre abismos. No obstante, ninguna de las 2 cosas inventadas por Lucas. La fuerza ya estaba en el peplum mucho antes de que se produjese la saga de los Skywalker pues este es una exaltación de la virilidad.
Disculpen que no haya conseguido una foto de mayor calidad del estupendo traje sacrificial que luce tan bellamente la breve Ingrid Anderson.
Pero todo esto no quita nada de originalidad y brillantez a El desafío de Hércules. Es cierto que es una peli muy cutre y mediocre pero eso no le impide ser inteligente, singular y eficiente. Su reelaboración del mito de Hércules es tan respetuosa como imaginativa. Se inventa cosas y piratea al mito de Perseo y al de Teseo, pero la esencia permanece de modo que cualquier griego clásico no intelectual o artista lo aprobaría. El asunto es ser original pues se aplica una fórmula archiconocida y el magro presupuesto impide ser espectacular y singular así que no queda otra que aplicar al ingenio, sin embargo Hércules sigue siendo un héroe popular que lucha contra el Caos, aunque aquí sólo se ponga de relieve el carácter maligno de este último. Por otro lado el conflicto de la peli es la lucha del mito o del pensamiento mágico contra la ciencia o el pensamiento experimental (todo pensamiento es racional) cosa que es un eco de la lucha en la Antigüedad entre el mito y la filosofía. Así pues, por muy ligera e inventiva que El desafío de Hércules es, no sólo es respetuosa con la mitología clásica sino culta pues al igual que para dibujar mal hay que saber hacerlo bien, para reelaborar un mito clásico hay que saber de mitología clásica. Por eso los griegos sólo se lo dejaban hacer a sus poetas. Así, aunque el conjunto no es del todo coherente tiene momentos brillantísimos como aquel en el que Hércules arroja al Espacio el oso que ha matado a su padre adoptivo (cosa que desconoce en ese momento y después también porque jamás en la peli se entera de que sus padres fueron asesinados por el villano de la peli; así de alegres son los guiones del peplum popular). Un momento alucinante a la altura del momentazo de Hokuto no Ken que es probablemente la única mención del peplum a esa cosa tan culta y mitológica que es el catasterismo: la conversión de un ser terrenal en una constelación, no les digo cual es en este caso por no insultar. La cultura de los artífices de esta peli también se aprecia en el vestuario, única cosa en la que el film invierte, todo está elaborado con ingenio a partir del arte griego, en una escena Hércules nos lleva una reproducción exacta del escudo tebano, y del arte minoico, pues el malo no es otro que Minos. Aunque aquí no es soberano de Creta sino de Tira, que supongo que en castellano es Tera (recuerden que la e se pronuncia en inglés i), los traductores de esta peli cultos no son, una isla más pequeña que aquella, la actual Santorini, pero igual de minoica. Una versión muy chula del traje minoico de sacerdotisa.
Así pues estamos ante una peli muy cutre, casi todo son exteriores, planos cerrados y escenas con 2 actores, y mediocre, pero entretenida e ingeniosa. No pudo resucitar el peplum porque la peli se atasca en el centro al dar vueltas sobre sí misma sin duda para sacar minutos, porque Ferrigno no es Schwarzenegger, porque no tiene suficiente erotismo (estamos en el momento dorado del desnudo femenino sin razón) y porque se mete en embolados que su presupuesto no podía pagar: la pelea con el oso es infame por el disfraz tan evidente y pordiosero que se usa, algunas escenas de cromas y transparencias son muy torpes y la stop motion parece hecha por un manco, y todo eso después de Star Wars es intolerable. Así pues, El desafío de Hércules no podía reconducir el conservadurismo reaganiano hacia Roma pero eso no quita que sea entretenida gracias al magnífico trabajo de Cozzi, más que en la dirección en el guión ya que este es fundamentalísimo para una peli barata, que es una lección de como construir cine popular eficiente con poco presupuesto, y a la tensión que Sybil Danning provoca cada vez que se mueve. Tenía que haber salido más y pelear. No obstante esta peli es sólo para quien le guste las de este tipo. En ese marco incomparable es mucho mejor que por ejemplo los telefilms de Hércules: Los viajes legendarios (y Conan el bárbaro y muchos peplum), los cuales, aun malísimos, dieron lugar a una serie muy popular en su momento capaz de generar spin off aún más populares.