El discurso de Álex de la Iglesia en la ceremonia de los premios Goya ha sido épico, un auténtico ejercicio de ética profesional, defendiendo una creencia personal y sin pensar en las consecuencias que le puedan acarrear. Lo mejor, a parte de lo que cuenta, es la realización de TVE1, captando las reacciones a sus palabras en las caras (caretos) de algunos protagonistas: