SLP.- La noche de este martes y madrugada del miércoles, fuertes precipitaciones se registraron en la zona metropolitana de San Luis Potosí , lo que dejo una sensación de alivio para temas ambientales, pero lamentablemente tragedia para algunas personas.
En diversas colonias se registró una elevación en el agua, provocando caos vial y daños a vehículos.
Sin embargo lamentablemente en otros lugares las casas de las personas se inundaron, debido a la acumulación de agua. En zonas como el Aguaje , el agua alcanzó casi el metro de altura, ocasionando daños en los muebles y aparatos electrónicos.
Inclusive muchos reportan que aún no baja los niveles y es que el agua se encuentra estancada todavía debido a la falta de drenajes.
Decenas de vialidades tuvieron que ser cerradas, entre ellas el Río Santiago, el Río Españita, el Puente Naranja de Acceso Norte, el puente de Manuel José Othón.
Algunas personas tuvieron que ser rescatadas como el caso de personas atrapadas en el Río Santiago.
Otra de las principales causas es la cientos de toneladas de basura que se arrojan a la calle, que provoca que las alcantarillas se tapen en épocas de lluvias y evita que el agua se desazolve rápidamente.
Por otra parte el que se use concreto impermeable y se construya sobre los cerros, a las faldas de la Sierra de San Miguelito provoca un efecto de río que causa que el agua baje desde las partes altas, se acumule con el paso y se concentre en las zonas bajas, afectando principalmente a las colonias del oriente.
Debido a que las colonias afectadas se encuentran en la orillas, las autoridades no le han prestado la atención requerida al problema y simplemente dejan que el sufrimiento de las personas se repita año con año durante la época de lluvias.
Con las condiciones actuales de infraestructura, sumada a la mala cultura de tirar basura en la calle, hace desear a muchos que no llueva. Sin embargo deberíamos reflexionar como algo tan importante y generador de vida como lo es la lluvia, ha llegado a causarnos tantos problemas.
La jerarquía en el valor de las cosas nos está conduciendo a nuestra propia destrucción.