Hay una gran lección que aprender cuando escuchamos las enseñanzas de la Torá, o cuando escuchamos voces humanas en oración - o inclusive en una conversación simple, desde el corazón. El sonido tiene el poder de llenarnos con luz espiritual. Nuestros oídos pueden ser los portales a los sitios más íntimos de nuestra alma. Deberíamos siempre tener conciencia del poder que reside en lo que escuchamos. Por una parte, deberíamos ocuparnos en aislarnos de la negatividad que puede entrar a nuestra conciencia a través de nuestros oídos. Al mismo tiempo, la misma vez deberíamos utilizar cada oportunidad que tengamos para usar el sonido y el regalo de la audición como una parte importante de nuestro trabajo espiritual.
Al comentar el versículo, "Escucha y tu alma será vivificada", los sabios hacen la comparación con una persona que ha caído del techo de una casa y ha sufrido heridas en todo su cuerpo. Deberían haber vendajes para su cabeza, brazos, piernas y pies. Cada miembro necesitaría vendarse por separado para que se diera la sanación. Sin embargo, en este nivel espiritual del ser, toda el alma puede sanarse escuchando algunas palabras, e inclusive sólo una palabra, o hasta al escuchar un sonido de la naturaleza que nos conecte con la Luz del Creador. Los siguientes videos se refieren a este hecho: Yitro, el sumo sacerdote de Midyan, era un líder de los adoradores de ídolos - pero cuando escuchó los milagros del Creador para Israel, fue enseguida curado de toda su negatividad. A través de su sanación, Yitro fue capaz de conectarse con Moisés y con la Torá y con la Luz del Creador.