Debería haber puesto hace ya tiempo este vídeo en esta sección, aunque para nada sea reciente, para nada tenga unos efectos visuales brutales, ni para nada muchas cosas.
Simplemente estos chicos, como ellos mismos dicen, tratan de crear magia en forma de música, y es lo que consiguen con este clásico de Henry Mancini, que se hizo popular e imborrable (sobre todo para mí) en la voz de Audrey Hepburn, y siendo desde hace tiempo la canción de mi vida.
Se habrán hecho miles de versiones de esta canción, pero ninguna tan hermosa, y sinó que me lo demuestren con pruebas.
Lagrimita de pensar a lo que me recuerda...