Desde el año 2013 se anuncia, con cierta periodicidad, la inminencia de la unificación de la moneda en Cuba. El tema surge como un rumor que rápidamente se esparce entre los ciudadanos y adquiere veracidad por el mero hecho de ser un acontecimiento igualmente deseado y necesario.
En las calles la gente busca respuesta para dos preguntas en medio de los rumores: “¿Y si se aprueba la ley y no me da tiempo a cambiar el dinero que tengo ahorrado? ¿Y si devalúa el CUC y pierdo mi dinero?”.
Lo cierto es que la medida que Raúl Castro declaró impostergable para el año 2016 sigue sin ver la luz. El proceso es tan complejo que, por más que se hable de planes, modelos y lineamientos económicos, la idea de la unificación parece signada por la catástrofe.
Con información de Cubanet.
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