La Oficina de Turismo de Viena levantó el pasado verano una espectacular réplica de arena de su ayuntamiento en la playa de la Barceloneta, de 19 metros de ancho y cinco metros de alto, y éste fue el centro neurálgico de un festival sobre la cultura y la música de la capital austríaca.
La sorprendente construcción, obra de los artistas de la Lindel Gallery, fue presentada por la responsable de la oficina de turismo vienesa Olivia Divjak, que también aprovechó el acto para hablar del Festival de Cine Musical de Viena, que programó en Barcelona en una pantalla al aire libre las obras del Festival vienés.
La escultura, elaborada durante 864 horas por seis artistas de diferentes nacionalidades, estaba hecha exclusivamente de arcilla y arena, y presentaba doscientas tonalidades diferentes, según informaron sus autores.
La elección del consistorio vienés, de estilo neogótico, como inspiración de esta instalación temporal no es otra que Viena es muy conocida por acoger continuamente grandes eventos musicales, como el Festival de Música, el de Life Ball y los maravillosos conciertos de año nuevo, con gran aceptación en Barcelona.
En la misma playa, y muy cerca de la reproducción del Ayuntamiento, se proyectaron una serie de películas cada día, como el documental "Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena 2013" o el "Concierto de una noche de verano" de 2006 con Juan Diego Flórez y Placido Domingo.
También "pasaron" por allí "El Cascanueces" y "Carmen", ambas de la Ópera de Viena, y "Pavarotti: los duetos. Lo mejor de Pavarotti y sus amigos".
El festival se clausuró con una gran fiesta gratuita en la misma plaza del Mar de la playa de Sant Sebastià.
Una original iniciativa que ha convocado a un gran número de visitantes. La idea es volver a organizar el evento en el futuro, así que miraré de informar a mis paisanos con tiempo, para que puedan venir a verlo.
Por motivos de trabajo, he viajado a Viena en unas cuantas ocasiones, y tengo un gran recuerdo de esa maravillosa ciudad, y de su ayuntamiento, por lo que ver junto al mar la reproducción en arena ha sido un "re-encuentro" muy grato, claro.
Y, puestos a soñar, ¿qué tal una réplica del Cristo del Otero en la Barceloneta?
De la sección del autor en "Curiosón": Del Cristo al Tibidabo.