Dicen que desde Tapia de Casariego, un Concejo de la costa occidental asturiana, hasta Hondarribia, localidad situada a veinte kilómetros de Guipúzcoa, en la desembocadura del río Bidasoa, se dice "viento gallego" al viento del oeste. Sin duda, el que soplaba en Ribadeo a últimos de enero, fuera del norte o del sur, era gallego. Pero me desvié del camino para dar un paseo por la playa de las catedrales, que así se conoce a esta playa de Aguas Santas, en la costa de la provincia de Lugo. Por poner un ejemplo, el icono que viene a ser el monasterio de piedra para Aragón, lo es la playa de las catedrales para Galicia.
Entra el invierno, hay bajamar y no es necesario solicitar permiso para pasearla. En verano todo cambia, se establece un horario y un turno de visitas, se fletan autobuses para conocerla.
Hay varias caravanas en el aparcamiento y una docena de coches. Seguramente, la mayoría de los visitantes de aquella mañana ya conocen el lugar, yo es la primera vez que vengo y para mí, aunque ya he subido al blog fotos de amigos que han venido a esta playa en verano y lo nombran con entusiasmo otros compañeros que lo han visto, la famosa playa de las catedrales es un espectáculo en cualquier momento. Tiro cuarenta fotos de una mínima parte del recorrido. No he podido llegar a las formaciones más impresionantes que se encuentran al este, en la parte derecha de la playa, si miramos hacia el mar.
Me fijo en la erosión que ha ido provocando el mar en las pizarras y cuartitas que tuvieron su origen hace unos 500 millones de años en el hemisferio sur. El mar las ha zurrado sin descanso, hasta debilitarlas, formando de esto modo curiosas figuras; arcos y cuevas, acantilados sorprendentes, pasadizos como alfombras cuya observación te va llevando a tantas preguntas sin respuesta.
Una de las preguntas más frecuentes a propósito de esta playa es ¿qué tiempo es necesario para conocerla? Y los más puestos aseguran que un día entero. Es necesario visitarla con marea baja, bajo reserva en primavera y verano y con la posibilidad de realizar una visita guiada. Yo creo que llegué en el momento preciso, acompañaba el tiempo y dediqué una hora a recorrerla. No podía demorarme más. En Lugo me esperaba la muralla.
Cada viernes en la tercera de Diario Palentino