Viento y verdadBrandon Sanderson (trad. de Manu Viciano y David Tejera)NovaTapa dura / Digital | 1408 páginas | 34,90€ / 15,99€
El fin de una era. El inicio de otra. Roshar nunca será lo mismo. Cualquier nuevo libro de El archivo de las tormentas es un gran evento en el mundo de la fantasía en general, pero Viento y verdad ha sido algo más. Como punto medio del Cosmere, y final del primer arco de la serie, este quinto libro de El archivo de las tormentas se sentía como algo grande, desmedido, repleto de hipótesis —que no teorías, otro día hablaremos de esto y de su diferencia— a su alrededor y una serie de expectativas (como si esto fuera un Avengers: Endgame) casi imposibles de cumplir. Algunos dicen que de lo peor que ha escrito Brandon Sanderson. Otros, lo viven con una pasión y aceptación desmesurada con fe ciega. Y otros, entre los que me incluyo, tienen una percepción y sensación de satisfacción, pese a tener cosas que no les convencen del todo. Ninguna de ellas es (posiblemente) correcta del todo para el otro, por qué no hay una respuesta acertada a tal dilema más allá de lo objetivo, tan solo lo que cada uno de nosotros hemos vivido con el libro. Y en mi caso, antes de entrar en esta reseña sin spoilers —al menos en lo que respecta a Viento y verdad—, más allá de sus (comprensibles) fallos de edición y sospechosos habituales (cada vez más) que no me entusiasman de Sanderson, me quedo (MUY) conforme con la culminación de esta primera mitad del extenso universo interconectado de Brandon Sanderson.
La cuenta regresiva
La historia comienza justo donde termino el libro anterior, El ritmo de la guerra. Después de que las fuerzas de Odium fueran expulsadas, Dalinar y Odium acordaron que el costo de esta guerra se estaba volviendo lo suficientemente alto como para justificar un combate de campeones: en 10 días, traerían a sus elegidos y las líneas de conquista se congelarían en el mapa de Roshar. Viento y verdad asume su primer riesgo en su formato, siguiendo una estructura completamente diferente a sus cuatro entregas anteriores y alterando por completo su ritmo. Siempre hemos tenido cada libro dividido en cinco partes y tres o cuatro interludios entre cada una, cubriendo unos cuantos años dentro de Roshar. Sin embargo, Viento y verdad está organizado en torno a estos diez días previos al combate, con un par de interludios entre cada día. Una estructura efectiva para su propósito. Una cuenta regresiva que refleja la urgencia del momento a medida que avanzamos hacia el final. Sanderson hace malabarismos entre cinco historias diferentes (que dividen a los personajes principales) y diez o quince puntos de vista que avanzan paso a paso, centímetro a centímetro, hacia el esperado clímax final. Ese número diez, que siempre ha estado en la serie (diez heraldos, diez puertas juradas, diez órdenes,…) simboliza, de alguna manera, la importancia de estos viajes separados hasta la llegada del angustioso décimo día, donde la contienda eleva el juego más allá de Roshar.
Y es que si en El ritmo de la guerra y en Juramentada la mayoría de mis quejas iban respecto al ritmo, con secciones enteras que necesitaban una edición más rigurosa, Viento y verdad se siente como el libro más enérgico de El archivo de las tormentas. El compás del tiempo no se detiene ni un segundo —Every second counts, que dirían en The Bear— desde el minuto uno haciendo zoom ante el mínimo detalle pero también siendo, de alguna manera, maximalista en su foco. Es realmente emocionante ver como Viento y verdad forja conexiones dentro del Cosmere de una manera más completa (y compleja) que cualquier otro libro de Sanderson, pero a la vez, indaga y perfora en las semillas (y secretos) que llevan planteadas en la serie desde El camino de los reyes. Es un libro, en ese aspecto, monumental, pero también (a veces) demasiado reiterativo. Y es que Viento y verdad se empeña en contar más que mostrar en muchos momentos en los que no es necesario, aspecto que antes no sucedía tanto en la serie. Como siempre, una edición más rigurosa y agresiva del texto, algo que se lleva notando (a mi parecer) desde Juramentada, le vendría bien y haría un gran favor a Viento y verdad, pero que aquí pasa —quizás— más por alto dada la satisfacción del momento.
Cubierta en UK del libro
Más ideas que personajes
Es ahora, unos cuantos días después de su lectura, que pienso (más) profundamente en el libro. O al menos, en sus personajes. Y si hay una cosa que se le puede achacar a Viento y verdad (aunque creo que ya pasaba en El Ritmo de la guerra) es que los personajes parecen asociados a una simple idea que Brandon utiliza como vehículo para hablar sobre un tema en particular. Sus leitmotivs habituales (esperanza, segundas oportunidades, promesas o juramentos) siguen ahí presentes, pero parece que a cada personaje lo define una sola idea y su arco de desarrollo —en el libro— solo está marcado por ella, y no por todo lo anterior. Eso hace que algunos de los personajes se sientan más planos en algunos aspectos, degradados en sus dimensiones construidas y pareciendo que solo deben lidiar con un solo conflicto, cuando sabemos que arrastran más cosas en su mochila. Los temas no son nada sutiles ni se sacan a la palestra de forma perspicaz (nunca ha sido un fuerte de Sanderson), aunque sí que se sienten como bien explorados (que no planteados). Los motivos permean todo lo narrado y uno se encuentra pensando entre la diferencia de un juramento y una promesa, o simplemente, sobre qué es y significa el concepto de la verdad y el honor.
Todavía hay muchas escenas de lucha y escenas de acción, no os vayáis a pensar, esto sigue siendo fantasía épica en toda regla. Momentos de absoluta fascinación visual que siempre han tenido su cabida en la obra de Sanderson, como buena fe dan los numerosos fanarts de la saga. Sin embargo, la mayoría de los momentos que son realmente cruciales (para los personajes) de Viento y verdad y amplían el universo de Roshar se resuelven con personajes que simplemente hablan entre sí y, en ciertos casos, con una leve combinación de ambas formas. No me entiendan mal, me parece valiente por parte de Brandon hacer una cosa así, aunque (creo) no siempre funciona emplear el mismo recurso. Vuelvo a repetir, que en líneas generales, me quede satisfecho (momentáneamente) con el recorrido de (casi) todos ellos y siento conformidad con el punto en el que Brandon Sanderson los ha dejado para (esperemos) saber de ellos dentro de diez años, pero a veces, pensando un poco en ello, parece que han perdido un poco su verdadera dimensión y fortaleza como personajes, o que están puestos en el libro simplemente como palanca para su siguiente arco argumental.
Edit con las 5 cubiertas de El archivo de las tormentas fusionadas
Dando pasos hacia el Cosmere
No dejo de sentir Viento y verdad, además de un libro importante y emocionante, como un paso valiente hacia una historia más épica en el futuro. Un final cocinado a fuego lento en estos cinco libros que hace madurar (finalmente) todas sus semillas (poderes, magia, mitología, criaturas, visiones, reinos) planteadas desde hace años, y lo devuelve como un punto y seguido a sus lectores. Aquí hay una culminación predestinada, pero quizá no la que todos esperaban. O la que creían que iba a ser. Si eres consciente del Cosmere, te deleitarás con este libro, pero si no lo eres, todavía hay mucha riqueza en la que puedes profundizar a partir de aquí. Aunque sean mil cuatrocientas y pico páginas de libro, casi parece al final que nos ha faltado tiempo. Probablemente es cosa de la expectación. De la simple energía del libro. Si, todos los personajes principales presentados hasta ahora tienen su momento de brillo. Otros, se nota que serán importantes en el futuro de la saga. Y otros, toman rumbos del todo inesperados. Sin embargo, los pasos que se han dado hacia un universo interconectado de novelas me resulta abrumador. Monumental, diría. El metal perdido ya lo consiguió en cierta manera, pero el peso que tienen los sucesos e información de este libro estoy seguro (y creo que se nota) de que harán eco en todas y cada una de las próximas novelas del Cosmere. Y, por supuesto, estoy impaciente —ya como lector— para seguir descubriendo lo que Brandon Sanderson nos tiene preparado.
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