Pasamos días de mucho romance y momentos únicos, un total de tres semanas. La primavera se estaba acomodando y yo en la agencia con mil afanes porque el mismo fin de semana tenía tres bodas; dos en la ciudad y otra en Baltimore.
Tuve que hacer unas contrataciones de último momento para rendir con todo.
No nos vimos en dos semanas y fue el tiempo suficiente para que a nuestras vidas les llegaran las sorpresas. La primera sorpresa llegó con Ian: estaba extraño, distraído, me habla poco y evitaba verme a los ojos por mucho tiempo, supuse que era por exceso de trabajo pero no era así. Por boca de James me enteré de que le había llegado una oferta para viajar a Londres y que si era inteligente debía aceptar. Le pregunté y me dijo que no estaba seguro de irse, que podría dejarlo pasar. Luego me confesó que era el sueño de su vida y que había esperado mucho por esa oportunidad. Debía aceptar y se lo dije luego veríamos lo que pasaría entre nosotros, pero eran palabritas mías, seis meses sin Ian… no aguantaría. Fuera como fuera Ian viajó dos días después y yo me quedé con mis alas descocidas.Me repuse fácilmente de su ausencia porque cada día tenía más trabajo y poco tiempo para pensar. La agencia creció un 200% y tuve que contratar a tres chicas para planificadoras y a Eric, un chico fanático de la moda que me ayudaba en el taller de costura.Mamá se cuidaba sola o eso creía yo, la segunda sorpresa me la dio ella y su nuevo “amigo” Dylan que se la pasaba con ella del día a la noche. Yo sabía que eso iba a más.Y luego, una tarde de finales de mes, yo me encontraba trabajando en un corpiño de encaje y fue cuando Corina me busco en el taller, una pareja especial quería tratar directamente conmigo la planeación de su boda, les atendí enseguida en mi oficina. A ella la reconocí enseguida era Kate, mi compañera de último grado y la hermana de Kurt el chico que fue conmigo al cotillón, si, el hijo del duque escoses.Me quede observando al novio, un chico realmente guapo a pesar de su intensa melena rojiza y la piel pálida. Me puse a platicar del paso de los años hasta que de un momento a otro ingresó en la oficina un hombre de casi dos metro, cabello castaño e intensos ojos azules. Era Kurt y estaba guapísimo. Siempre lo fue…- Esto no me lo quería perder. Ver de nuevo a la dulce Diane…Me levanté para saludarlo y él me plantó dos besos en las mejillas- Que bueno verte otra vez, Kurt.- ¡Estás preciosa!Me sonrojé- Cuidado hermanito, puede estar casada, Contrólate.- No estoy casada – dijeKurt sonrió.Creo que no logré cerrar la boca desde el momento en que lo vi entrar.Organicé una nueva cita con Kate y Evan y al salir Kurt me dio su tarjeta y e dijo que si me decidía a cenar con él, le llamara.Asentí Luego vino Corine a bombardearme con sus preguntas: ¿Quién es ese hijo de Venus?¿Por qué te dejo su tarjeta?Y luego vinieron sus consejos:Debes llamarlePero si Ian no está y no le debes fidelidad.
Yo estaba hecha un nudo, Kurt era la personificación de mi príncipe azul.
<¡Maldita hada madrina!>
Giros en esta historia.
Ya veremos que pasa, espero que les gustara.
Besos
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¡Gracias por leer!