Ciudades, por cierto, revolucionarias en lo político ya desde el inicio. Señala el autor en la página 73 que
"En La Habana, en 1555, fueron admitidos a votar para elegir alcalde 36 vecinos, tres regidores y el gobernador, pero más adelante lo pudieron hacer todos los pobladores, insólito y avanzado derecho democrático que el gobernador Pérez de Angulo intentó eliminar sin conseguirlo, pues los regidores "mirando por el servicio de Dios y de Su Majestad" los convocaron y eligieron su alcaldes como acostumbraban y era su derecho." Igualito que ahora en Cuba.Revista Opinión
Algunas notas más sobre el ensayo A los cuatro vientos, una aproximación fascinante a la realidad urbana de la América española. Una América que fue imaginada primero como ciudad por la Monarquía Hispánica. Destaca Manuel Lucena el papel que jugó en los primeros años el gobernador cacereño Nicolás de Ovando, hábil burócrata lleno de sentido común. De hecho, fue él el que
trasladó Santo Domingo, a la orilla izquierda del río en el que se encuentra hoy. Las fundaciones de ciudades portátiles se fueron sucediendo: en 1536 Pedro de Mendoza
fundó el fuerte de Nuestra Señora de Santa María del Buen Aire, pero pronto se
abandonó a causa de la escasez de alimentos y los ataques indígenas, siendo refundada casi cincuenta años después por el vizcaíno Juan deGaray.