FINLANDIA: Prosigue la batalla de Summa, en la Línea Mannerheim. Pese a que la bien atrincherada 3ª División Finlandesa ha rechazado los primeros ataques rusos, estos continúan su presión. Al contrario que en otros ataques, los soviéticos están esta vez mejor organizados y utilizan tácticas que buscan minimizar sus pérdidas, ya que su estrategia es ahora desgastar a los finlandeses en lugar de buscar una costosa ruptura del frente. Constantes ataques soviéticos, con apoyo de blindados y artillería, se sucederán durante los próximos días. En Kuhmo también se sigue luchando: la 54ª División Soviética se atrinchera y recrudecen su defensa frente a la 9ª División Finlandesa. En las mentes de los soldados soviéticos está la suerte que han corrido miles de sus camaradas a manos de los fieros fineses. En el aire prosiguen los ataques soviéticos, que hoy se concentran en Helsinki. En el plano internacional hay nuevas muestras de apoyo para Finlandia. El gobierno sueco autoriza a los heridos finlandeses a ser tratados en hospitales suecos, al tiempo que aprueba también la venta de 150 aviones militares a su vecino en apuros. Al otro lado del Atlántico, en Nueva York, el ex-Presidente Hoover, portavoz de la causa finlandesa en EE.UU., hace un llamamiento durante una reunión de la Asociación de Prensa Extranjera para ayudar al pequeño país escandinavo.
LONDRES: Indiscreción del Primer Lord del Almirantazgo Winston Churchill. Durante una rueda de prensa, Churchill deja entrever que los aliados están interesados en intervenir en Noruega para cortar el suministro de hierro sueco a Alemania. Los alemanes toman buena nota de ello, mientras que la prensa, tanto aliada como alemana, critica los excesos verbales de Churchill, que en lo que va de año ha puesto en varias ocasiones a la moderada diplomacia inglesa en apuros respecto a países neutrales.
Portada de la revista Lustige Blätter, semanario humorístico alemán, de la primera semana de Febrero de 1940. Churchill fue el blanco preferido de los humoristas alemanes. En este caso, el belicoso Churchill, que tanto habla a los neutrales, recibe su merecido.
ATLÁNTICO NORTE: Dos minas navales acaban con los mercantes británicos Ellen M. y Portelet. El petrolero British Councilor, de 7.000 toneladas es torpedeado por un submarino germano durante la noche, permaneciendo varias horas a la deriva hasta que se hunde finalmente al día siguiente.
BERLIN: Durante una reunión del Consejo del Reichsbank, Walter Funk, Ministro de Economía y Presidente del Reichsbank, declara que “rehusamos subvencionar la guerra con aumentos de salarios y precios, es decir, con una abierta depreciación de la moneda, y también con un aumento del crédito sin incrementar la productividad”. Con esas palabras Funk trata de tranquilizar a aquellos economistas alemanes que temen una espiral inflacionaria similar a la de la Gran Guerra y los años veinte.
BELGRADO: En la capital yugoslava se reúnen los ministros de exteriores de la Entente Balcánica, formada por Yugoslavia, Grecia, Rumania y Bulgaria. Pese que la cumbre gana la atención mediática europea, los diplomáticos balcánicos no toman ninguna medida concreta respecto al conflicto europeo, excepto reiterar la neutralidad de sus miembros. Las conversaciones giran más en torno a temas internos, como la cuestión de Albania, anexionada el año pasado por Italia, o la situación de la minoría búlgara en Rumanía.
WASHINGTON: El Presidente Roosevelt llama a consultas a sus embajadores en Londres y Paris. El movimiento está destinado más que nada a reelaborar la política americana sobre los aliados y a tratar de impulsar una nueva oferta de mediación entre estos países y Alemania.