Revista En Femenino

Viernes dando la nota #136: Un diamante para siempre

Por José Mª Ruiz Garrido @laparejadegolpe

Viernes dando la nota #136: Un diamante para siempre

Viernes dando la nota #136: Un diamante para siempre
No, no voy a hablar de amor, sino de diamantes. ¿Realmente son para siempre? Bueno, si la piedra -un diamante lo es- tiene 4.000 kilómetros de diámetro es para toda la vida, eso sí. Para ésta y para unas cuantas generaciones más. Los diamantes son fascinantes. Y hay personas a las que la fascinación les lleva a gastar cantidades indecentes en ellos. A esto ayuda la siempre certera publicidad y sus frases gloriosas, como ésta que os cito, la de que un diamante es para siempre. Al creador de este slogan deberían exponerlo en el panteón de publicistas ilustres; pocas frases han calado tanto en el imaginario colectivo. Ese slogan es para siempre. Pero más allá de frases publicitarias, Benjamin Franklin decía que los diamantes eran extremadamente duros, "tanto como el acero o el intentar conocerse a uno mismo". Es mítico eso de que es el material más duro de la Tierra. Al menos yo recuerdo haberlo estudiado así en mis tiempos de la E.G.B. Simples átomos de carbono puro, forjado en condiciones de calor y presión extremos, bajo el manto de la tierra.


Lo de la dureza extrema del diamante hoy en día la ciencia se ha encargado de relativizarlo. En agosto de 2005 científicos alemanes lograron crear un material llamado Agregado de Nanofilamentos Diamantinos - ADNR para los amigos- y que supera en dureza al vulgar diamante normal y corriente de simple carbono. Son ganas de matar el romanticismo, y hacerle trampas a la Madre Naturaleza. Los diamantes de verdad se forman a muchos kilómetros bajo tierra, casi siempre en el interior de roca volcánica, la kimberlita. De hecho, lo raro es encontrarlos sueltos, sin la kimberlita que los reviste. El nombre de este recubrimiento rocoso procede del pueblo de Kimberley, en Sudáfrica. Fue el primer lugar donde se extrajeron diamantes, en la década de 1870. También de allí se producen y extraen algunos de los diamantes más grandes del mundo.


Pero el mayor diamante conocido, curiosamente, no está en nuestro planeta, sino en el interior de la estrella enana blanca -llamada BPM 37093, por si os interesa el dato- a ocho años luz de distancia. Mide 4.000 kilómetros de diámetro, y pesa 1.000 billones de trillones de trillones de quilates. Eso sí es para toda la vida. Casi hasta para siempre. Ahora la estrella del diamante se llama oficialmente , en homenaje a uno de los más conocidos temas de The Beatles, el mítico y ligérgico Lucy in the Sky with Diamonds.


En realidad el diamante que nombro en el título de este post es esta canción. Es de las que sí son para siempre. Incluso aunque los Flaming Lips se atrevan a versionarla acompañados de Miley Cyrus. A fin de cuentas, un diamante solo es fruto de tres factores: carbono, presión y tiempo. La semana que viene, más. Sed libres.

Os dejo aquí directamente los códigos, tanto para Blogger como Wordpress. Si alguien necesita otro distinto, que no dude en pedírmelo.

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