Revista Cultura y Ocio
Para este viernes de mitología he traído una historia de esas de “rajarse las venas por amor”, aunque no textualmente, la historia de Políxene es una de esas tragedias Griegas que nos dejan el corazón desgarrado. Es una historia triste como muchas de las que encontramos en los clásicos Griegos, pero en ella hay un protagonista al que todos conocemos por su valentía y audacia, un hombre que luchó mucho y que batalló sin dar asomo de debilidad en casi todas sus batallas y digo “casi”, porque hubo una batalla en la que este héroe Griego fracasó: en la batalla la del amor.
Un viernes más, retiro mi sombrero de juglar y haciendo la reverencia que merecen, les entrego un nuevo relato que espero que disfruten.
Políxena o Políxene- que viene a ser la misma persona- era la hija de los reyes de Troya: Príamo y Hécuba y según relata la historia era una princesa hermosa. Extrañamente, Homero no la nombra en la Ilíada, sino que aparece con posterioridad en la historia por intervención de otros poetas griegos y digo extrañamente, precisamente porque Políxene fue la mujer de quien Aquiles terminó enamorado.
Un Oráculo vaticinó que Troya no sería destruida si Troilo – Hermano de Políxene – llegaba a cumplir los veinte años de edad y fue entonces, cuando Aquiles preparó una emboscada en la que cayeron Políxene y Troilo, y en la que Aquiles termina asesinando al joven.
Aquiles termina enamorado de Políxenes y según cuenta la historia, es asesinado durante una de las treguas en las que el heroe griego, acudía a visitar a su amada. En cuanto a la muerte de ella existen dos versiones, la primera es que se suicidó frente a la tumba de Aquiles por el dolor innombrable que sentía al no tenerle cerca y la otra, más difundida y mucho más trágica, relata que el fantasma de Aquiles ( el eidolon) se apareció ante los sobrevivientes de la guerra y les exigió que la princesa Políxene le fuese sacrificada antes de que nadie pudiese marcharse. El hijo de Aquiles: Neoptólemo lo hizo. Fue él quien la mato sobre el sepulcro de su padre. Según cuenta la historia, durante el sacrificio, muchos de los que estaban presente sintieron deseos de llorar al ver que sacrificarían a un inocente, pero Políxene levantó su cuello demostrando más fortaleza que piedad.
Esta historia nos deja una gran enseñanza y esa es, que la valentía y el arrojo no es exclusivo de los hombres de batalla, a veces una simple doncella puede presentar más valentía que la de aquel verdugo que escondiéndose en las armas y en las glorias pasadas, es capaz de cometer un crimen tan abominable contra un ser inocente. Políxene dejó un legado de orgullo, coraje e inocencia y Neoptólemo, tras este crimen, apareció ante la historia como un combatiente cruel y despiado. Pero lo realmente triste de esta historia no queda allí, sino que permanece vigente a diario en las miles de Políxenes que hay por ahí tratando de ganarle la batalla a la muerte.Todos los días sale a la calle una Políxene que teme ser asesinada por las manos cobardes de un verdugo cualquiera...
Un beso para cada uno de ustedes y Feliz fin de semana.