Revista Cultura y Ocio

Viernes de mitología

Por Zayi
VIERNES DE MITOLOGÍA
Este viernes de mitología, he traído una de esas historias que dejan un espacio abierto al debate. El personaje de ella es uno de los que menos asoman por los clásicos griegos, pero sin embargo, es una de las historias más divertidas y actuales que conforman ese maravilloso legado que nos han dejado los Griegos y que yo intento, del mejor modo que puedo, transmitirles a ustedes.
El personaje de hoy es Tiresias, un adivino ciego de la ciudad de Tebas y que junto a Calcas, es uno de los adivinos más famosos de la mitología Griega, sin embargo, su nombre es menos popular que el de otros personajes. Tiresias, es hijo de Everes y de la ninfa Cariclos, y es a su vez padre de Manto y de la famosísima Dafne. Siempre que leemos algún relato en donde se hace alusión al adivino de Tebas, aún sin que se mencione su nombre, estamos en presencia de este singular personaje. No en vano, fue él quien reveló a Edipo el misterio de su nacimiento y quien vaticinó para Odiseo, los sucesos que acontecerían en su regreso a Ítaca. En los clásicos griegos, la figura del adivinador es bastante importante aunque muchas veces, se olvidé de colocar el nombre del adivino.
Tiresias era ciego desde joven. Según las versiones, su ceguera fue causada por la diosa Atenea, quien lo castigó por haberla sorprendido mientras se bañaba. Hay otra versión mucho más interesante y que según mi punto de vista, es propicia para cualquier debate, en ésta, se señala a la diosa Hera como la responsable de este lamentable castigo y la causa que la llevó a ello, fue la siguiente:
Una vez mientras Tiresias iba en el camino, sorprendió a dos serpientes apareándose y tras golpearlas con el bastón, se vió transformado en mujer. Siete años más tarde, volvió a ver a las serpientes en circunstancias similares y entonces, fue restituido a su carácter de varón. Por esta razón, Tiresias se consideraba la persona más apropiada para dictaminar si era el hombre o era la mujer, quien más disfrutaba del acto sexual. Esta experiencia única, hizo que Zeus y Hera se recurrieran y nombrasen a Tiresias como árbitro en una discusión sobre quién experimentaba más placer sexual. Cuando Tiresias afirmó que el hombre experimenta una décima parte del placer que la mujer, Hera, indignada, lo castigó dejándolo ciego. Zeus, sin embargo, le otorgó el don de la profecía y una larga vida. Y así fue como este ilustre caballero quedó ciego para siempre.
En lo que a mi respecta y sin correr el riesgo de quedar ciega – bueno al menos no por mandato de Hera – creo que cuando hombre y mujer entran en el mismo lecho, quien lleva la mayor posibilidad de disfrute, es quien lo haga con más amor. Yo soy de las personas que opinan que el sexo sin amor sólo es una experiencia más y que nada puede compararse con el placer de estar con quien se ama, en el momento en que se ama y cuando se siente bonito. Soy de esas que viven para y por los orgasmos mentales...
Les deseo un feliz fin de semana a todos.

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