En la cultura latinoamericana es común decir ¡viernes social! Siendo esta la respuesta, prácticamente automática, a toda una semana de trabajo. En donde las personas sienten un espacio de liberta en su agenda diaria.
Sin embargo las implicaciones que por lo general encierra esta frase se vinculan a un manejo no prudencial del dinero. Es decir, decir viernes social es sinónimo de salidas, entretenimiento, y dar rienda suelta a gastar dinero "porque yo me lo merezco".
En ese sentido, nos interesa abordar el tema de cómo manejar el dinero, gratificando o premiando la labor hecha en la semana, sin que el viernes represente el día de gasto sin control.
Uno de los principales problemas que enfrenta la gestión financiera personal es no saber gratificar el trabajo de manera adecuada. Esto hace que se tenga un desbalance dentro del contexto de sus decisiones a razón de que puede caer en el error de gratificar sus esfuerzos en momentos y formas incorrectas, repercutiendo de manera negativa en su gestión financiera.
Esto tiene como resultado que algunos viernes la persona diga "Yo me lo merezco". Máxime cuando tal día coincide con un feriado y momento de pago. Siendo quizás una combinación mortal.
En ese sentido, lo primero que tenemos que poner en perspectiva es que efectivamente toda persona que labora en una empresa o está en un emprendimiento propio merece auto gratificarse. Recompensarse por el trabajo arduo que desempeña día a día.
No obstante, algo que puede ser de bien para la persona, si no se maneja de manera adecuada, puede ocasionar desestabilidad financiera y por ende, aquello que se quería lograr, se desvanece cuando llegan los estados de cuenta o cuando tocan a la puerta las obligaciones pendientes.
Es por esta razón que aludir a que el viernes social es un resultado por el mérito acumulado en el trabajo que desempeña, sin tomar en cuenta las repercusiones del mismo, se está teniendo una gestión del dinero poco efectiva. Que invita a la revisión de cómo se están tomando las decisiones.
Tomando lo anterior en consideración, la pregunta que surge es: ¿Cómo lograr que el viernes social logre su objetivo de remunerar el trabajo desempeñado? La respuesta es simple, con planificación.
Cuando las personas se avocan a gestionar de manera efectiva sus recursos económicos tiene que tener en cuenta que esto implica hacer ajustes. Cambiar conductas inadecuadas y el abordaje que se tenga de cómo administrar el dinero. Y esto sugiere un reencauzamiento de aquello que realmente vale la pena.
Es decir, entender que: aunque es cierto que es merecedor o merecedora de recompensarse por su trabajo; no es menos cierto que esto implica una decisión monetaria que afecta toda la estructura de efectivo que se maneja. Por lo tanto, saber qué hacer y cómo hacerlo es parte de la estrategia para lograr el objetivo de satisfacer aquello que persigue: Reconocimiento y gratificación de una labor.
Pasos para hacer del viernes social una experiencia agradable antes, durante y después
Para esto hemos elaborado una serie de pasos en donde se contemplan la manera en que se puede llevar a cabo esta planificación.
Paso No. 1: El presupuesto
El primer paso para esto es elaborar un presupuesto que puede ser llamando "Presupuesto gratificante" en donde se van a tomar en cuenta los diferentes aspectos relativos a dicha gratificación. Para esto se debe iniciar estableciendo un monto dentro del flujo de efectivo personal para dedicarlo, sola y exclusivamente a "gratificación"
Por lo general se sugiere que dicho monto no exceda el 5% de los ingresos, tomando en consideración que usualmente las personas ahorran entre el 10% y 20% de sus ingresos. Lo que significa que si se logra ahorra efectivamente el 20% entonces, la parte de gratificación representaría alrededor del 25% del fondo acumulado, y por ende una suma importante.
En ese sentido, cuando se define el monto y se ubica dentro del contexto del presupuesto general, ya se establece una porción dedicada a la gratificación que no traerá sorpresas en el futuro.
Luego de identificar este monto entonces se entra a la parte de listar algunas cosas o actividades que representarían esta gratificación. Por ejemplo, puede ser ver obras de teatro, ir al cine, salir a comer, ir a la playa, etc. Lo importante es saber cuáles son estas actividades que se pueden llevar a cabo esos viernes sociales para tener una idea de qué se va a hacer.
Es importante resaltar que esto no es una camisa de fuerza. La intención es tener un catálogo de posibilidades dentro del contexto de la gratificación personal, de manera que se pueda encausar de forma efectiva toda la estructura financiera personal.
Paso No. 2: Agendar
Luego de establecer un monto y una lista potencial de cosas para hacer, es prudente agendarlas. Esto es, si por ejemplo se elige el tema de las obras de teatro entonces, ver la cartelera e identificar cuáles posibles obras se pudieran ver. Saber y apartar la fecha y hacer los aprestos para ella. A todo esto, una de las características principales de los viernes sociales es que usualmente se basan en la improvisación.
Un par de amigos o de amigas se juntan de manera improvisada y arman un encuentro. Que suelen ser más emocionantes y gratificantes que cualquier acción planificada. Y esto lo entendemos y creemos que es prudente acceder a ellos.
Sin embargo, más allá de lo que significa en términos sociales y afectivos, cabe resaltar que después de la reunión hay que solventar los compromisos contraídos y volver a la realidad. Por lo tanto, hay que sopesar la realidad financiera antes de decir que sí. O quizás hacer saber a esos amigos o amigas cuál es la condición económica sobre la cual participaría dentro de dicha reunión.
No obstante, pasar como un(a) persona antisocial tampoco es la intención de este escrito. Lo que se buscar es implementar la planificación dentro de la estructura financiera personal.
En ese tenor la respuesta a todo esto es sortear los viernes sociales ¿Qué es esto? Tener un esquema en donde si por alguna razón accede a ir a una actividad no programada sepa que deberá ceder aquella que ya programó. De manera que no tenga una carga mayor de gastos y no genere desbalances financieros.
Todos nos merecemos un "Viernes social". Trabajamos para satisfacer necesidades y esta es una de ellas. Por lo tanto, llevarlo a cabo debe formar parte integral del flujo de efectivo personal. Sin embargo, cuando se hace sin planificación los resultados no siempre son agradables. Cuando se da paso a la improvisación entonces se genera el desorden y la mala gestión de los recursos propios. Que resulta en los desequilibrios y la problemática financiera.
En ese sentido, si esta entrada sobre viernes social le ha sido de utilidad, le invitamos a que la comparta y comente. Sus aportes y opiniones son de gran importancia para esta comunidad y enriquecen el debate. Y si le interesa profundizar en el tema de la planificación financiera le sugerimos adquirir el libro Pequeño cerdo capitalista
escrito por Sofía Macías haciendo clic en la imagen más abajo.