“Salchichón, desensalchichonízate”
Con este divertido trabalenguas daba comienzo el actor Mariano Martínez a la segunda jornada de nuestra semana literaria, demostrando a los alumnos de 2º de ESO que con los versos también se puede jugar. Previamente, y caracterizado como un trovador renacentista, recibió a todos los asistentes uno por uno, con la correspondiente genuflexión, tal y como mandan los cánones del decoro.
Eso, sí, antes de iniciar su recital, fue presentado por el profesor Jesús Villalobos, que habló de la importancia de la poesía en estas jornadas, tal y como demuestran los autores participantes y el hecho de que los alumnos hayan leído una antología de textos poéticos elaborada por los propios profesores de Lengua del centro. Jesús dio a conocer la trayectoria de este actor, afincado en Elche, y que ha tenido la oportunidad de actuar por media España e incluso allende los mares, con sus monólogos y adaptaciones de obras clásicas.
Mariano Martínez logró, con trabalenguas como el del salchichón y otros romances poéticos, conectar de inmediato con los alumnos, demostrando así que la unión de la poesía, el teatro y el humor es una combinación prácticamente infalible, y por si fuera poco, le ponía la guinda de la música, con intervenciones de coros que homenajeaban a los poetas recogidos en la antología.
Pero el juego poético fue un punto más allá, porque los alumnos pudieron participar eligiendo unas cajas preparadas por el autor, en cuyo interior aguardaban unos versos o el título de un poema, y quiso el azar que el primero de ellos correspondiera al poema Llámame, de Jesús Villalobos, quien realizó la lectura del mismo rivalizando en calidad declamatoria con el propio actor.
Continuando con ese juego, el trovador recordó figuras tan emblemáticas como las de Rafael Alberti, Antonio Machado, Federico García Lorca o Miguel Hernández, y animó a los alumnos a que subieran al escenario para leer los poemas elegidos. El acto se completó con otros versos de Rafael Morales, Carmen Conde, Felipe Benítez Reyes, Roger Wolfe o Luis Cernuda, y el propio Martínez puso el cierre con un poema de Jaime Gil de Biedma dedicado a los alumnos, en los que el poeta se lamentaba de la fugacidad de la juventud. Una mañana repleta de sensibilidad poética y musical que no se olvidará con facilidad.