Revista Cultura y Ocio
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México) ha distinguido con el Premio Juan Rulfo a Enrique Vila-Matas. Toda la obra del escritor barcelonés ha recibido un reconocimiento por su “aporte significativo a la literatura de nuestros días.” Con motivo de la recepción de este Premio pronunció Vila-Matas un excelente discurso titulado “El futuro”. Un futuro, el de la creación literaria, que se adivina ya en el presente y que él imaginó más prometedor. No en vano siempre ha escrito, a contracorriente de la narrativa que se limita a reproducir modelos obsoletos, en la necesidad de encontrar escrituras que nos interroguen desde la estricta contemporaneidad. Su escritura hace frente a la idea conservadora del desarrollo discursivo y lineal propia del liberalismo literario.
Vila-Matas escribe sabiendo cómo no quiere escribir. En ese sentido se comporta como el copista Bartleby de Melville. Preferiría no hacerlo es –lo apuntó Ricardo Piglia en uno de sus libros– una buena definición de la poética de un escritor y Vila-Matas encaja en ella a la perfección. Él arriesga y va al encuentro de nuevos retos para la literatura. Intenta ir más allá de las palabras y bailar en el abismo. Apuesta por una escritura que disuelva las fronteras entre los géneros y borre, fundiéndolos a través del ritmo, los límites de la realidad y la ficción.
En su discurso arremete contra los actuales imitadores de la narrativa decimonónica y denuncia las novelas pudibundas, sin noche. El número de lectores ha disminuido de forma drástica, dice. Pero lo que es peor, el mercado desprecia la exigencia de lectores entrenados y que manejen muchos referentes. “A la caída de la capacidad de atención”, escribe, “ha contribuido una industria editorial que está erradicando de la literatura todo aquello que nos quiere hacer creer que es demasiado pesado, o que va demasiado cargado de sentido, o que puede parecer intelectual. Y el panorama, desde el punto de vista literario –si es que ese punto de vista aún existe– es desolador.”
FUENTE: EL QUINQUÉ. LA PROVINCIA-DIARIO DE LAS PALMAS.