Vilipendiar la poesía

Prometo vilipendiar la poesía
desflorarla en barro y sudor.
Derrocarla del pedestal endogámico.
Del púlpito de suplemento dominical.
Prometo vilipendiar la poesía.
Reducirla a grito víspera de víscera.
A urgencia de boca en cuello.
Arrastrarla al callejón bar fábrica.
Arrancarla de las garras
de pollaviejas sentenciosos
con estómago de musas
a sueldo.
Rescatarla del alambicado
esperpento señoreado.
Prometo vilipendiar la poesía.
Poesía perra, poesía puta, poesía pura.
Poesía que arda y ladre
contra ladrillos.
Poesía en muros derribados,
no alzados.
Prometo vilipendiar la poesía.
Romperle las medias y medios.
Desprotegerla de primaveras
arco iris centros comerciales academias.
Sacudirle la métrica, el polvo
de caspa capciosa institucional.
Prometo intentar que la poesía
me folle, que te folle, que les follen.
Que la poesía
es cualquier cosa menos esto.
Que la poesía es esto
y cualquier cosa
que le toque los ovarios a la vida
y agarre al mundo por las pelotas.