La Villa Epecuén es un lugar turístico ubicado en Argentina conocido por las ruinas que quedaron luego de que el pueblo sufriera una inundación en el año 1985. En el artículo de hoy, nos dedicaremos a realizar una exposición detallada acerca de la historia de esta ciudad, el evento de su inundación y más.
¿Dónde se encuentra Villa Epecuén?
Villa Epecuén es el nombre que se le da a un poblado de Argentina destinado al turismo en donde se pueden observar las ruinas de esta pequeña ciudad. El mismo se encuentra ubicado en el partido de Adolfo Alsina, provincia de Buenos Aires.
Más específicamente se localiza a 7,3 km de la ciudad de Carhué, que fue fundada en el año 1921 a orillas del lago con el mismo nombre, llegando a tener aproximadamente 1.500 habitantes, siendo visitada por un promedio de 25 mil turistas durante el verano.
En el año 1985, a causa de una crecida del lago provocó una inundación en donde todo este poblado quedó bajo el agua, de esta manera, los habitantes del lugar fueron obligados a evacuar lo más pronto posible. Con el paso de los años el agua de este lago empezó a retirarse, lo cual permitió observar las ruinas de la ciudad, que con el tiempo se volvieron un atractivo turístico.
Todo el evento de la inundación del pueblo y las ruinas dejadas por esta llamaron la atención de periodistas, antropólogos, fotógrafos y deportistas. Esto se debe a que a fin de cuentas Villa Epecuén no estaba totalmente deshabitada, ya que Pablo Novak, un vecino de la localidad cuya familia tenía por fuera diferentes emprendimientos, se negó rotundamente a irse de su pueblo, por lo que permaneció en él como único habitante.
Historia
La palabra Epecuén proviene de la lengua mapuche, sin embargo, hasta los días actuales no se tiene conocimiento total de su significado. Una derivación que se ha aceptado casi por completo es que esta palabra proviene de “epe” (casi) y “cuen” (asar), se piensa de esta forma a causa del blanco que da la hipersalinidad del agua de la laguna.
A pesar de ello, otros expertos alegan que la misma deriva en lugar de “cuen” por “cuel” (límite), argumentando que este blanco divide las tierras buenas de las malas. En líneas generales, existen diferentes interpretaciones, una de ellas proviene de lecturas tan diversas como “eterna primavera” o “flor de ceniza”.
Comienzos del pueblo
El pueblo de Villa Epecuén fue fundado por Arturo Vatteone el 23 de enero del año 1921, su inauguración estuvo unida también con la apertura del primer balneario sobre la laguna, a 7 km de Carhué. Este lugar fue conocido bajo el nombre de “Mar de Epecuén” y comenzaron a lotearse tierras para conformar un pueblo.
Otro factor de relevancia a mencionar es la confluencia de varias líneas ferroviarias en la zona. El Ferrocarril Oeste (hoy Sarmiento) para ese momento funciona en la estación Villa Epecuén, mientras que el Ferrocarril Midland y el Ferrocarril del Sud se encargaban de trasladar a los pasajeros hasta la estación Carhué.
A partir de ese entonces el pueblo no paró de crecer, con el paso de los años se fue desarrollando la infraestructura urbana, lo que dio con la apertura de hoteles, residencias de lujo e industrias explotadoras de sal y productos derivados.
De esta manera, se generó una población estable, entre trabajadores y propietarios. En este sentido, ya cuando se acercaba el año 1930 la ciudad ya contaba con todas las instituciones de un poblado permanente. Por otro lado, en los años 70′ ya recibía la visita de al menos 25 mil turistas durante la época veraniega, con 6 mil plazas hoteleras declaradas y 250 establecimientos comerciales. La población estable era de aproximadamente 1.200 personas.
Sus aguas termales
La laguna o también conocido como lago Epecuén es considerado como un espejo de agua que le pertenece a la cuenca endorreica del sistema de las Encadenadas del Oeste, en el interior de la provincia de Buenos Aires, Argentina. Es la sexta y última de las lagunas de este mismo sistema, así como la más larga en la superficie
Igualmente, esta laguna recibe los aportes de la laguna La Paraguaya por medio de un canal y de otros arroyos como el Pigüé y el Pull Grande, que desciendes desde las sierras del sistema de Ventania. Dado que la misma constituye como la última laguna del sistema, es algo habitual que el nivel de sus aguas varíe constantemente.
Al mismo tiempo, este lago es conocido entre los pobladores a causa de sus supuestos efectos curativos para varias enfermedades y por crecida ocurrida el 10 de noviembre de 1985, trayendo como consecuencia la inundación de Villa Epecuén, la cual se encontraba en sus costas.
Al encontrarse en la parte baja de una depresión, el nivel de agua de la misma solo disminuye por evaporación. De una misma manera, dado que posee una alta concentración salina, la laguna es hiperhalina, diez veces superior al porcentaje presente en el mar. Sus aguas son aprovechadas como un tratamiento alternativo para la depresión, afecciones reumáticas y de piel, así como el agotamiento psicofísico. La ciudad de Carhué se encuentra a orillas de esta laguna.
La laguna de Epecuén se le dio el nombre por primera vez en el año 1770 por el piloto de la Real Marina Pablo Zizur el cual la bautizó San Lucas. Este santo se le conoce por ser el patrono de la medicina y se tiene la idea que ha sido bautizada con este nombre por la fecha de paso.
A inicios del 1800 la laguna ya se le conocía por las propiedades curativas de sus aguas, dado que las mismas poseen una mineralización superior a las de otros lugares del mundo. Cloruros y sulfatos, a través de procesos fisicoquímicos, producen excelentes resultados en enfermedades reumáticas, de la piel, anemias, diabetes, etc.
En el año 1886, se realizó el primer análisis de sus aguas, fue a diez años de la fundación de Carhué, llevado a cabo por un químico italiano quién quedó asombrado por la riqueza mineral de las mismas y reveló que la salinidad era superior en 10 a 1. Esto significa que poseía 340 g/L de sales (el mar tiene 32 g/L), 202 g de ClNa, 137 g de sulfato de sodio y 1 g de carbonato de sodio.
Los primeros habitantes y visitantes llegaban en galeras o diligencias que venían desde Azul y en años posteriores, desde Arroyo Corto, que era punta de riel del Ferrocarril del Sud. Las personas que venían lo hacían por los rumores que habían escuchado de las propiedades de estas aguas.
Para el año 1911, llegó el Ferrocarril Midland de Buenos Aires (Puente Alsina – Carhué), cuya publicidad se basa en su gran medida por las favorables propiedades que tenía el lago y en la rapidez de sus servicios para atraer a los pasajeros. De esta manera, comienza la construcción de su punta de rieles en Carhué, compartiendo estación (bitrocha) con el Ferrocarril del Sud.
De acuerdo a una tradición, se dice que uno de los primeros visitantes de estas aguas termales fue Sr. Piazza, al que le habían recomendado en Italia, baños en este lago. Acampaban en lo que fue el Parque Municipal Insúa Narbaitz.
Por otro lado, para el año 1909, se hizo un respaldo científico por parte de las siguientes personas: El Director del Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires, Dr. José Tomás Sojo quien mandó a convocar al Dr. Silvio Dessy (Prof. de la Facultad de Medicina de la UBA y Director del Instituto Biológico Argentino) y el Dr. Fernando Malenchini (Dir. de Higiene de la Provincia de Buenos Aires y Prof. Titular de la UNLP). Por lo que se llegó a la siguiente concesión:
“La mineralización del agua del lago Epecuén es casi idéntica a las conocidísimas aguas de Salies de Bearn y de Biarritz Biscours (Bajos Pirineos), cuyas maravillosas propiedades terapéuticas benefician cada año a millones de enfermos”.
Las aguas del Epecuén poseen cloruros y sulfatos que a su vez también poseen dosis tan elevadas que ocupan el primer lugar entre todas las aguas minerales del mundo, cuya composición química ha sido hasta hoy estudiada y confirmada. Ya llegando la década de 1920 se comienza a ver un gran futuro para el Lago Epecuén.
De esta manera, los primeros habitantes del pueblo comenzaron la elaboración de varias obras para poder satisfacer a los bañistas de Buenos Aires y demás puntos confort y servicios.
Inundación de Villa Epecuén
En 1975, el gobierno provincial construyó el canal Ameghino, una obra de ingeniería que conectaba varias cuencas y regulaba el caudal de agua en todas las lagunas de la región. Con este sistema ninguna se secaría y no había riesgo de inundación.
La idea era estabilizar el caudal irregular de la laguna, una característica natural e inherente a su condición, pero que causaba serios trastornos a la actividad turística. Los trabajos comienzan con la construcción de un canal recolector de agua, pero son abandonados a medio hacer con la llegada de la Dictadura Cívico Militar en 1976.
¿Cuándo ocurrió?
Todos los sucesos que tuvieron lugar en la Villa Epecuén comenzaron a tener lugar en el año 1980 con el surgimiento de fuertes lluvias, que amenazan con afectar al pueblo. La laguna que estaba cerca de este pueblo crecía 50 y 60 centímetros por año, amenazando con rebasar el terraplén defensivo de cuatro metros de altura sobre la costa, hecho con la intención de proteger al pueblo.
En el año 1985 la provincia de Buenos Aires pasaba por una de las peores inundaciones de su historia. Cuatro millones y medio de hectáreas habían quedado bajo el agua a causa del desborde del Río Salado. Las pérdidas provocadas por la evacuación, por poblaciones incomunicadas y por deterioro global de la economía de los distritos afectados se conocerían luego de mil quinientos millones de dólares.
Mientras ocurría una intensa crecida a inicios de noviembre de 1985, algunos vecinos del pueblo (entre ellos, los bomberos de la zona) comentaban que el muro que los separaba del lago podría caer. En paralelo, los funcionarios municipales y provinciales argumentaban que cualquier tipo de desborde no superaría los diez centímetros y el pueblo ubicado al suroeste de la Provincia de Buenos Aires se mantendría como uno de los principales centros de salud del país.
Sin embargo, para el 10 de noviembre de 1985, el terraplén cedió y los excedentes hídricos inundaron el pueblo, que tuvo que ser llamado para su evacuación inmediata. Todo el trabajo para la evacuación concluyó en 15 días y no hubo ninguna fatalidad, a pesar de que se tuvo que trasladar hasta los féretros del cementerio (la municipalidad los derivó a Carhué, a unos ocho kilómetros).
El agua de esta laguna fue aumentando lenta y paulatinamente, por lo que casi sus 1.500 residentes estables perdieron gran parte de sus pertenencias. No obstante, dos años más tarde esta primera inundación, se provocó otra en donde las ruinas quedaron bajo el agua durante dos décadas.
Motivos
Se piensa que los motivos fueron que muchas de las obras no estaban terminadas, poco interés por parte del gobierno, lluvias torrenciales e inundaciones en la provincia, el muro que protegía al pueblo cedió y la Villa Epecuén quedó bajo el agua.
En este sentido se ha imputado al gobernador Alejandro Armendáriz por haber dado la orden de sacar los sistemas de defensa que paraban el agua de un sistema hídrico que, como el de las seis lagunas “Encadenadas” al norte de Carhué carecía de la capacidad de contención. Asimismo, las indemnizaciones en australes se vieron afectadas por la hiperinflación reinante.
Posteriormente varios funcionarios fueron imputados por desvío de fondos públicos debían ser enviados para la culminación de las obras públicas contra las inundaciones, entre ellos el vicegobernador, y el ministro Conrado Storani y el ministro Aldo Neri, quien más tarde fue denunciado por los pobladores damnificados de desviar la ayuda alimentaria a punteros, siguiendo criterios políticos partidistas a cambio de votos.
¿Cómo se encuentra actualmente Villa Epecuén?
Ya llegando el año 1993 Villa Epecuén se encontraba a 7 metros bajo el agua. En el transcurso de esos años, se llevaron a cabo una serie de obras que tenían el propósito de impedir el ingreso de caudales externos a la laguna, a causa de estas acciones la cota comenzó a descender lentamente.
Hoy en día, el nivel del agua se la reducido casi por completo. Todavía se puede visualizar el trazado de las calles, el dique de contención y las ruinas de las casas, hoteles y edificios emblemáticos. Igualmente, hay un gran número de árboles muertos, edificios en ruinas y vehículos oxidados. Para el año 2012 eran pocas las cuadras que quedaban inundadas, si bien el pueblo continúa deshabitado y en ruinas.
Habitualmente, las ruinas de esta ciudad son visitadas por fotógrafos, turistas de distintas partes del mundo, periodistas y entusiastas de los deportes extremos. Como bien ya se ha mencionado anteriormente, este pueblo únicamente está habitado por Pablo Novak, un hombre nacido el 25 de febrero de 1930 que se niega rotundamente a dejar su hogar y lo recorre habitualmente acompañado de su perro “Chozno”.
¿Cómo llegar a Villa Epecuén?
Para poder llegar a Villa Epecuén se debe llegar primero a la ciudad de Carhué, igualmente, es posible que se deba pasar unos días en el lugar. Por otro lado, si se desea llegar a este pueblo por medio de un auto, la ruta es bastante fácil, pero se complica un poco si se transporta por autobús.
En la actualidad, no existen trenes que viajen directamente hacia Carhué, a pesar de que estaban vigente hasta hace algunos años. Una alternativa bastante favorable para los viajeros es combinar este tipo de transporte junto con el autobús, ya que permite el ahorro de dinero. En este sentid, esta opción se puede hacer de la siguiente manera:
- Lo primero que se hace es tomar un tren de Constitución – Bahía Blanca (vía Lamadrid)cuyo precio es de $655 aproximadamente, la estación de bajada es en Pigue. Desde este punto se puede tomar un autobús en Plaza, que sale diariamente a las 08.45, con un costo de $220 demorando una hora de viaje. La empresa que se encarga de hacer el traslado desde Pigue a Carhué es Transporte Las Grutas.
Por otro lado, desde Retiro a Carhué hay solo dos empresas que hacen el viaje: Chevallier y Pullman. Los buses de Pullman tienen una hora de arribo a las 9:30 am costando aproximadamente $1910 (cama) y $1335 (semi cama). En el caso de Chevallier únicamente solo salen a hacer los traslados los días jueves, viernes y domingos a las 21:20 hs con un costo de $1910 (cama), los precios cambian de acuerdo al día. El viaje de esta manera puede tardar ocho horas.
Otra alternativa viable es hacer el recorrido a pie desde Carhué que son alrededor de 10 kms, por lo general este tiempo pasa rápido por el paisaje atrapante. Sin embargo, existe una segunda alternativa, en la Oficina de Turismo de Carhué se pueden alquilar bicicletas playeras es de $100 por 4hs y de cuatro en adelante $150.
Ha sido todo por el artículo de hoy, esperamos que la información proporcionada haya sido de gran ayuda. De una misma manera, le hacemos la invitación a leer: Palacio Da Pena y Galería De La Academia De Florencia