Revista Cine
Director: John Carpenter
No he visto la "Village of the Damned" del año 1960, película dirigida por Wolf Rilla. Tampoco he leído la novela en que ambas películas, la de Rilla y la de Carpenter (que también es un remake de la primera), se basan. Sin embargo no dejé que eso me intimidara. Cuarta parada de esta segunda tanda de cinco películas. ¿Habrá quinta?
"Village of the Damned" me parece una película descompensada e indecisa. En un inicio parece ser una película de suspenso sustentada en una perpetua atmósfera de extrañeza, pero Carpenter ya hizo algo más o menos similar, y mejor (nada para volverse loco, en todo caso), en "The Fog" e incluso "Halloween", aunque más parecida a la primera puesto que este estado de incertidumbre es provocado por un acontecimiento inexplicable y sobrenatural sobre el que no se tiene ningún poder salvo la opción de esperar lo mejor y reaccionar de la manera más prudente ante semejante truco de... ¿de la naturaleza? Más tarde parece que estamos ante una película de terror, pero de un terror difícil de explicar y comprender porque no proviene de un suspenso previo manejado de tal forma que el terror es provocado cuando éste, el suspenso, alcanza su punto álgido (como en "Halloween"), sino que del supuesto impacto que nos debe provocar ver a un grupo de niños apáticos con poderes telepáticos y personalidades psicopáticas poniendo los ojos verdes y rojos mientras manipulan mentalmente a los vecinos del pueblo, pero, más que terror, el actuar o el modus operandi de estos niños causa contrariedad y estupor (espero que en la película de Rilla este aspecto haya sido manejando de mejor forma). Sin embargo, puede que sea otra la intención de la película, dejando al terror como mero aderezo (sin sabor, claro), puesto que la actitud de estos niños, que se saben superiores a los humanos gracias a sus poderes y se muestran orgullosos de no tener sentimientos ni emociones, instala un conflicto de índole dialéctico: una lección de humanidad, la importancia del amor, de la empatía, etc. Esto, claro, Carpenter ya lo hizo con la maravillosa "Starman", y lo hizo de mejor forma, de forma más sutil, compleja, profunda, humana, modesta, sencilla, ingenua, con personajes de verdad y conflictos de verdad. Además, aparte de la falta de una sustancia, de un discurso coherente, el relato, gracias a su pobre y torpe guión, resulta cada vez más forzado, inverosímil y débil, ya sea por sus sonrojantes diálogos, por los personajes anecdóticos y planos (no son entidades de carne y hueso, simplemente son instrumentos circunstanciales que se amoldan a las dudosas necesidades de la trama), o por este argumento que tiene lagunas por doquier y giros salidos a pito de nada, y yo pregunto, si los chicos son tan peligrosos y no se tiene real control sobre ellos, ¿por qué hacer un experimento tan negligente en cuanto a protocolos de seguridad?, ¿cómo es que el niño maldito que no nació es guardado en el sótano de la clínica local y no en algún laboratorio de alta seguridad propiedad del gobierno?, ¿por qué la mujer del gobierno todavía tiene trabajo si, a juzgar por los acontecimientos de esta película, su historial laboral debe estar poblado de cagadas provocados por su falta de juicio y sentido común?
Como siempre, a pesar del mal guión y de unas actuaciones en su mayoría bajo la línea de aprobación (yo salvaría a Christopher Reeves; los otros adultos se salvan apenas y con los niños no hay por dónde), Carpenter demuestra lo buen director que es logrando algunas escenas y secuencias realmente notables (especialmente al inicio, cuando hace gala de su habilidad para la generación de suspenso y de ambientes extraños), pero que se quedan en fragmentos casi unitarios más que en un relato cohesionado, logrando que todo esfuerzo fuera en vano. Definitivamente Carpenter depende de la calidad de los guiones que maneja, de lo contrario no llega a muy buen puerto.
Y eso, ya veremos cómo terminamos mañana.
...¿y si estos niños eran tan inteligentes por qué se murieron?...