Revista Cultura y Ocio
Con mi mamá estamos de paseo en Reñaca, en la casa de una tía. Pretendo quedarme unos días y después me iré a Papudo con amigas, por si no ven el blog muy activo (no tendré internet).
Hace mucho tiempo fui a un café en la Avenida Valparaíso que se llamaba Samoiedo. Era un lugar antiguo, con una vitrina con autos antiguos; algo que te hacía viajar en el tiempo y sentir que estabas en los 60. Lamentablemente lo cerraron, lo que me produjo algo de tristeza, pues me gustaba mucho ese lugar.Este año, por suerte, escuché que volvió a abrir, así que me llevé a mi mamá para allá a ver qué onda. Y si, estaba el Samoiedo, pero no era el que yo recordaba... al parecer ese cerró definitivamente y reabrieron este que está a unas cuadras de la rotonda entre Av. Libertad y Av. Valparaíso.
Nos sentamos adentro en una esquina, mirando hacia la calle. Yo me pedí un trozo de torta de bizcocho chocolate-manjar con un mocaccino, y mi mamá un jugo de mango con una herradura de nuez.No se demoraron nada en traernos el pedido. La herradura estaba deliciosa, aunque un poco seca, por lo que el jugo debe haberle acompañado muy bien. El mocaccino, en cambio, estaba demasiado rico. No fue necesario echarle azúcar o endulzante. Y el trozo de torta estaba rico, mojadito y para nada hostigante, aunque si le faltaba un poco de sabor de chocolate y manjar.
Fue un grato momento, y muy bien compartido. Dentro de todo, fue una once bien rica.... quizás deba pedir otras cosas, como las medias lunas que me tienen tentada hace tiempo ya.Les recomiendo ir más que nada a tomarse un cafecito... Lamentablemente lo característico de ese lugar ya no está... traten de imaginarse un salón con cuadros antiguos, autos antiguos y muchos viejitos adentro... si han ido a Buenos Aires, algo así como el Café Tortoni...
Hace mucho tiempo fui a un café en la Avenida Valparaíso que se llamaba Samoiedo. Era un lugar antiguo, con una vitrina con autos antiguos; algo que te hacía viajar en el tiempo y sentir que estabas en los 60. Lamentablemente lo cerraron, lo que me produjo algo de tristeza, pues me gustaba mucho ese lugar.Este año, por suerte, escuché que volvió a abrir, así que me llevé a mi mamá para allá a ver qué onda. Y si, estaba el Samoiedo, pero no era el que yo recordaba... al parecer ese cerró definitivamente y reabrieron este que está a unas cuadras de la rotonda entre Av. Libertad y Av. Valparaíso.
Nos sentamos adentro en una esquina, mirando hacia la calle. Yo me pedí un trozo de torta de bizcocho chocolate-manjar con un mocaccino, y mi mamá un jugo de mango con una herradura de nuez.No se demoraron nada en traernos el pedido. La herradura estaba deliciosa, aunque un poco seca, por lo que el jugo debe haberle acompañado muy bien. El mocaccino, en cambio, estaba demasiado rico. No fue necesario echarle azúcar o endulzante. Y el trozo de torta estaba rico, mojadito y para nada hostigante, aunque si le faltaba un poco de sabor de chocolate y manjar.
Fue un grato momento, y muy bien compartido. Dentro de todo, fue una once bien rica.... quizás deba pedir otras cosas, como las medias lunas que me tienen tentada hace tiempo ya.Les recomiendo ir más que nada a tomarse un cafecito... Lamentablemente lo característico de ese lugar ya no está... traten de imaginarse un salón con cuadros antiguos, autos antiguos y muchos viejitos adentro... si han ido a Buenos Aires, algo así como el Café Tortoni...