Vincenzo Bellini (Catania,1801-Puteaux,1835) marcó toda una era del bel canto de principios del siglo XIX, junto a Rossini y Donizetti.
Bellini fue un niño prodigio y cuenta la leyenda que a los dieciocho meses era capaz de cantar, que comenzó a estudiar teoría musical a los dos años de edad, piano a los tres y que a los cinco era capaz de tocarlo con soltura.
Compuso música sacra, de cámara, y un gran concierto para oboe, pero fue la ópera su verdadera pasión. Supo componer para los grandes cantantes de su época.
Su obra más famosa es Norma, en la que destaca la muy célebre aria Casta Diva, donde se conjuntan la gravedad clásica con un apasionamiento muy romántico en la expresión, siendo este uno de los grandes roles para soprano dentro del repertorio.
Durante el siglo XX destacó en este papel María Callas, que fue la más famosa Norma del siglo y quien supo recuperar el carácter que quería transmitir Bellini.
Bellini se retiró joven a París. En Francia le sorprendió la muerte a los 33 años, tras una infección intestinal, probablemente contraída a principios de 1830.
Bellini fue enterrado en el Cementerio del Père Lachaise, donde permaneció durante más de 40 años, cerca de Chopin y Cherubini.
En 1876 su cuerpo fue trasladado a Italia, a la catedral de Catania.
Sorprende que grandes compositores como Pergolesi y Bellini falleciesen tan jóvenes.
“La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo.” …(Isabel Allende)
Mark de Zabaleta