Durante ocho años, el precandidato a la presidencia de EE.UU. Jeb Bush fue gobernador de Florida, pero "no es el Bush político el que debería interesarles a los electores, sino el Bush banquero, el "encubridor no oficial" de la CIA en Venezuela y el hombre de negocios del sector inmobiliario/blanqueador de dinero basado en Miami, quien debería alarmar al electorado estadounidense", escribe el periodista de investigación Wayne Madsen en su artículo publicado en el portal Infowars.
El artículo precisa que "Jeb debería explicar por completo su relación con Alberto Duque, ciudadano colombiano que blanqueó dinero de drogas para el cártel de Medellín y de Cali y los contras nicaragüenses mientras era propietario del City National Bank of Miami y presidente de la General Coffee Company de Colombia". "Al parecer, había más que café en las bolsas que llegaban a Miami desde Colombia", escribe Madsen añadiendo que Duque financió un proyecto de desarrollo inmobiliario de 30 millones de dólares liderado por Jeb Bush, reseñó RT.
Tras ingresar en prisión por fraude en 1983, Duque contrató a Don Beazley, un "compinche de la familia Bush de la CIA" para el cargo de presidente del City National Bank. Don Beazley había trabajado para al Banco Nugan Hand de la CIA en Australia, señala el autor. Antes de colapsar, el banco fue responsable de lavado de dinero del tráfico de opio y heroína del Triángulo Dorado y de "pagar a los sustitutos de EE.UU. en Asia, incluido a Ferdinand Marcos en Filipinas, Suharto en Indonesia", etc.
Bezley también había sido presidente de Great American Bank de Miami, que fue acusado de lavado de dinero en 1982. "Fue en este ambiente de los interconectados bancos de la CIA implicados en el lavado de dinero en el que se sumergió Jeb Bush y su negocio inmobiliario en los años 80", escribe Madsen. Tras haber sido presidente del Texas Commerce Bank en Caracas desde 1977 hasta 1979, en 1980 Jeb Bush se unió a la campaña presidencial de su padre, en la que junto con él trabajaba el oficial de la CIA Robert Gambino.
Más tarde, Jeb fue designado por su padre como miembro del consejo del Instituto Republicano Nacional, la rama del Partido Republicano de la Fundación Nacional para la Democracia (NED), una "operación de lavado de dinero financiada por la CIA que vio verterse millones en los fondos de los contras nicaragüenses, grupos cubanos de exilio y escuadrones de la muerte de El Salvador, Guatemala y Honduras".
Muchos amigos de negocios de Jeb eran banqueros relacionados con la CIA. Además de Beazley y Duque, entre ellos está también Paul Helliwell, propietario de dos bancos de blanqueo de dinero de la CIA, el Great American Bank of Miami y el Castle Bank & Trust of Nassau en Bahamas, señala Madsen. Los negocios de Jeb también lo pusieron en estrecho contacto con el Northside Bank de Miami, propiedad del cártel de Cali y el Popular Bank and Trust Company, que pasó bajo el control de la CIA después de que su propietario anterior, el presidente de Nicaragua Anastasio Somosa, fuera asesinado en 1980.
"El ascenso de Jeb Bush al poder financiero y político en Florida está acompañado de una fila de cadáveres, bancos fallidos e instituciones de ahorros y préstamos acusadas de blanqueo de dinero para la CIA, así como de personalidades dudosas que trabajaron como agentes de la CIA", expresa el autor. "Hasta que Jeb Bush rinda cuentas completas sobre sus actividades de negocios en los años 70, 80 y principios de los 90, de hecho es más inadecuado para la presidencia que su hermano George W. Bush", concluye el artículo.