Revista Cultura y Ocio

Viñeta del lector 115#

Publicado el 24 noviembre 2023 por Laura Coll Rigo
Viñeta del lector 115#
Las novelas están formadas por dos partes decisivas: el principio y el final. Si el principio es muy malo, abandonas el libro y no hay vuelta de hoja. Si el principio es muy bueno, no importa que la parte medial sea floja o que la historia se desinfle; como mínimo, tienes la certeza de que el autor sabe hacerlo muy bien, así que puede que logre encaminar la historia. En el segundo caso, un final muy malo es capaz de amargar la mejor de las lecturas, mientras que un final muy bueno puede dar sentido a una lectura que había sido mediocre hasta ese momento. Por eso, los lectores nos enfrentamos siempre con expectación a unas últimas páginas que pueden suponer tanto un indulto como una sentencia de muerte.

A veces, ese final tarda mucho en llegar, demasiado. Giramos una página tras otra y parece que la resolución del conflicto sigue a años luz de nosotros. La historia cuelga en el cadalso y no hay nadie en las inmediaciones capaz de rescatarla. Entonces, la confianza que habíamos depositado en la maestría del autor se tambalea: ¿Cómo en tan pocas páginas puede deshacer un nudo tan apretado?Algunos autores ni lo intentan, sino que dejan que la historia se asfixie poco a poco hasta la muerte. Y ahí te queda tú, mirando el cadáver. A veces, resulta que no habías mirado bien y la historia todavía respira porque el autor ha escrito una segunda parte. Cuál fue mi sorpresa al llegar al final de El apagón y descubrir que la tonta era yo, porque no sabía que el libro tenía continuación. Otras veces, el autor promete escribir una continuación, pero pasan los años, el cadáver se ennegrece y el nigromante no viene. El estilo de Cotrina ha madurado demasiado como para escribir una continuación coherente a nivel estilístico de La casa de la colina negra.Ojo: que una historia termine de forma dramática, es decir, que el conflicto no se resuelva de forma positiva, no siempre es malo. En la vida real no abundan los valientes pistoleros, sino que la vida es lo que es, un amasijo de luces y sombras, y hay novelas que quieren reflejar precisamente eso. Puede que la crudeza del final de La canción secreta del mundo me dejara para el arrastre, pero era el final que la obra necesitaba para transmitir su mensaje. En Diario de un búnker, en cambio, el final es dramático porque el autor no sabía resolverlo, no hay más.En algunas ocasiones la historia se salva en el último minuto, pero por algo tan inverosímil como una revolución de una única persona, como es el caso de Voz, o que capturan al villano y dejamos al protagonista desangrándose, como en Reino de fieras. Otras veces pasa justo al revés, que salvamos la historia a costa de dejar mil incógnitas sin resolver, como si dejáramos libre al forajido para que desvalijara otros pueblos. Es el caso de El octavo clan, donde no se resuelve con "todo fue un sueño", pero se acerca o Sueños de dioses y monstruos, que me encantó pese a los cabos suelos.Finalmente, y esa es la mejor situación posible, algunos autores desatan el nudo con un disparo certero en las últimas páginas. El reloj da las doce, abren la trampilla y la historia cae. Se retuerce y da pequeñas bocanadas, arañando el nudo que la estrangula, pero hay demasiados obstáculos para desatarlo. Miras al horizonte, pero el salvador no aparece, no aparece, no aparece. La historia agoniza y asumes que no hay solución posible, mientras ves como la historia muere. Y entonces, pese a que es demasiado tarde, los monstruos derrotados se levantan de sus tumbas para luchar una vez más hasta las últimas consecuencias, como en La sombra de la luna, la batalla por la vida se convierte en una lucha mano a mano por lograr la victoria, aunque la muerte sea tu único final posible, como en El héroe de las eras y los viajes en el tiempo existen, al mismo tiempo que no lo hacen, como en El mapa del tiempo.
Y eso es todo por hoy. Es vuestro turno de charlar un rato, recomendar y desrecomendar novelas por el final que tienen. ¿Qué historia prometía una segunda parte que nunca ha llegado? ¿Qué libro os ha parecido que dejaba mil cabos sueltos por resolver? ¿Cuál tiene un final absurdo? ¿Cuál creíais que no tenía solución posible, pero el autor lo resolvía de forma brillante?


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