"Cuando descubres el plot twist justo antes de que ocurre y te sientes como Sherlock Holmes"
Es difícil escribir una novela de misterio. Por una parte tienes que ir dando pistas al lector, para que este sea capaz de ir uniendo puntos, pero por otra parte no tienes que ser demasiado obvio y que el lector resuelva el misterio nada más empezar. Al haber lectores con bagajes tan distintos es muy difícil satisfacer a todo el mundo. Lo que para alguien que ha leído mucho del género es algo obvio (que en la habitación huela a almendras amargas, por ejemplo), para otros puede ser algo muy sutil. A mí, por ejemplo, los giros inesperados de Sanderson me parecen muy bien medidos, pues siempre logra sorprenderme, pero en cambio G se aburre, porque lo adivina mucho antes, y se enfada cuando el autor da vueltas sobre lo mismo sin desvelar lo que para él es obvio.
Por supuesto, os hablo de la novela de misterio estándar, sin tener en cuenta que hay obras de este género en las que el lector no tiene los conocimientos para descubrirlo por él mismo (todos los libros de Sherlock Holmes, por ejemplo), obras en las que lo importante es la psicología de los personajes (como El cazador de la oscuridad o Mud vein) a y obras en las que el lector sabe quién es el culpable y cómo lo ha hecho desde el principio y lo interesante es ver cómo el detective lo descubre (como la película de Puñales por la espalda).
Es muy satisfactorio descubrir el misterio justo antes de que se revele, una página, un par de líneas antes, pues hace que te sientas más listo que el personaje. Entonces, cuando unas líneas después el protagonista está asimilando lo que acaba de suceder, tú lo lees con una sonrisa en la cara, pues el personaje está como estabas tú unos minutos ante y empatizas con él.
Eso sí, con esto hay que tener cuidado, pues si lo descubres mucho antes puede ser frustrante, pues percibes cómo el autor trata de ignorar o esconder algo que es obvio. Eso me pasó con Hijo del hierro, en el que el protagonista te esconde algo durante un capítulo entero narrado en primera persona. En esos casos uno siente que el autor le trata de tonto o que el protagonista lo es.
Aún así, personalmente me gusta más cuando el misterio me estalla en la cara. Cuando te ves en la necesidad de releer varias veces un mismo párrafo porque no puedes creerlo, aunque tiene sentido y por qué he sido tan tonta, cómo no lo vi venir, llega a ser un perro y me muerde. Cuando sientes esa necesidad imperiosa de volver atrás, de comprobar por ti misma que todas las pistas estaban ahí, pero tú estabas ciega y el autor no ha hecho más que jugar contigo. A mí es que los giros inesperados en las novelas, me dan la vida.
Y vosotros, ¿qué opináis? ¿Os gustan las novelas con giros inesperados? ¿Os gusta descubrir que el autor ha estado jugando con vuestra percepción? ¿Preferís descubrir el misterio antes que el protagonista o al mismo tiempo? ¿Cuál fue la última novela con la que os pasó?