A diferencia de otros lectores, no soy asidua de la librería. O como mínimo, de las librerías que venden libros nuevos, porque a las de segunda mano voy día sí y dia también. ¿Por qué? Pues porque entrar en una librería me abruma. No importa que uno de mis géneros favoritos sea la fantasía, es que me quedo mirando la sección de romántica y me apetece coger alguno. Por una parte esto se debe a que en la última década las editoriales están cuidando mucho las portadas, por lo que son muy atractivas. Por otra parte, ver en papel libros que no había visto antes físicamente, solo en vuestras reseñas es algo casi mágico, pues hace que parezcan más reales.
Mi problema con la librería es que me quiero llevar todos los libros, sin importar el género o que haya oído hablar de él. Solo puedo ir si sé exactamente lo que quiero, pues en caso contrario podría pasarme horas y horas incapaz de decidirme. ¿Os pasa lo mismo?