Este vino tiene la suerte de congregar palabras de una sonoridad sin igual y que hasta ahora nunca las habia escuchado, empecemos por Quintanamanvirgo que es la localidad donde se asienta la bodega, sigamos por Apricus que es el nombre del vino y terminemos con el apellido de sus dueños Briones-Baniandrés, todos estas palabras le confieren a la bodega un aire muy peculiar, despiertan la imaginación, lo hacen diferente, al visitar la bodega me esperaba una sorpresa mas, el orden, la pulcritud, todo se encontraba en su lugar, por eso para definirla que mejor que el termino “bodega boutique” este termino la enaltece y hace referencia a una bodega pequeña que cuenta con atributos muy especiales.
Al recorrer la parcela solo se veia dedicación por lo bien cuidada, entonces lo que falta es muy poco para descollar, si repasamos los factores con que cuentan esta todo a su favor: viñedos propios donde se selecciona la uva mas conveniente, producciones pequeñas y muy elaboradas, buena asistencia tecnica, vinos que por su calidad estan de la media para arriba con precios competitivos.
Al volver a traer a mi memoria ese dia si recuerdo el aislamiento de la bodega y la sensación de soledad, la ventaja con esto es que a los vinos solo los distrae el rumor del viento que los acaricia por las mañanas cuando lo dejan entrar para que deje allí su frescura matinal.
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