A principios de marzo recibimos un email de Cristina, comunicándonos que éramos uno de los ganadores de un fin de semana exclusivo en la Ribera de Duero. Unos días antes, PradoRey había realizado un concurso en su página de Facebook y la suerte en esa ocasión volvió a estar de nuestra parte.Se trataba de un fin de semana completísimo, nos invitaban a una visita a la bodega, una comida campestre entre viñedos, una cata de vinos y además, la noche del sábado dormiríamos en la Posada Real Sitio de Ventosilla, en la provincia de Burgos.
Confirmamos la aceptación del premio al momento, nunca habíamos visitado una bodega ni alojado en una posada, así que la ocasión se presentaba única e inmejorable. Sólo quedaba esperar hasta la fecha acordada para celebrar la I Vinoquedada PradoRey 2012.
Nos citaron el día 12 de mayo a las once de la mañana. Teníamos casi dos horas de camino así que salimos temprano para llegar puntuales a la cita. Viajamos sin GPS así que el día anterior miramos el recorrido en Google Maps y seguimos las indicaciones sin mucha dificultad hasta Aranda de Duero y luego hasta la Posada en Gumiel del Mercado, que encontramos dejando atrás la bodega por una carretera poco transitada.
El edificio es un antiguo palacio, mandado construir por el Duque de Lerma en el año 1603. Está rodeado de granjas y en el recinto de la posada hay una capilla, jardines, pistas de baloncesto y piscina. Allí mismo aparcamos el coche y nos dirigimos a la entrada, donde ya se encontraban algunos otros ganadores del concurso con sus acompañantes.
Nos dieron la bienvenida y subimos a la habitación para dejar la maleta. Nuestra habitación se encontraba en la última planta, abuhardillada con dos camas y baño privado. Desde las ventanas de la habitación se veían las cigüeñas que habían anidado en el campanario y en algunos árboles de los alrededores.
Una vez que habíamos llegado todos fuimos hasta las bodegas, donde nos recibieron con los planes del día: visita a la bodega, comida campestre junto a los viñedos y cata de vino en la tarde. La visita fue completísima y nos enseñaron paso a paso todo el proceso de la producción, de principio a fin: el proceso de control de la temperatura, la nave de crianza, las barricas de roble americano, francés y centroeuropeo, el tren de lavado de barricas, etc.
Cuentan con más de quinientas hectáreas de viñedo, con diferentes variedades de uva: 90% tinto fino, 7% cabernet sauvignon y 3% merlot. La bodega se construyó en el año 96, cuando la plantación del viñedo del año 89 ya había alcanzado una buena calidad para elaborar el vino, que se comercializó por primera vez en el año 97.
A media mañana hicimos una pausa para el aperitivo y así poder probar alguno de los productos de los que nos habían estado hablando: rosado, roble, crianza, reserva, gran reserva y Adaro de PradoRey. También probamos el Aceite PradoRey Oro Líquido y los quesos Real Sitio de Ventosilla.
Continuamos la visita por la zona de envasado. Vimos como realizaban el etiquetado de las botellas y así se concluía el proceso de envasado del vino. PradoRey además comercializa productos de Vinoterapia, como crema facial hidratante y Body milk.
A continuación nos habían preparado una comilona entre viñedos: chorizo, morcilla, chuletas... nos pusimos morados a comer y lo pasamos muy bien, había tanta comida que aún con todos los que éramos sobró.
Fuimos un rato a descansar a la posada, antes de continuar con los planes de la tarde. Nos enfrentábamos a una experiencia sensorial donde, por grupos, teníamos que averiguar diferentes olores que nos habían asignado a cada uno. Pasamos un rato muy divertido y desde luego, no es tan fácil como parece averiguar algunos de los aromas que nos tocaron.
A continuación, pusieron a prueba nuestra atención durante la mañana y tuvimos que averiguar cuál era el vino que nos ofrecían de entre todos los que habíamos conocido en la visita.
Cada uno de los miembros del grupo ganador se llevó una botella de vino, una copa y un abridor... ¡nosotros conseguimos una! Fue una tarde muy divertida, pero el día todavía no había acabado. Regresamos a la posada y después de descansar un rato ¡de nuevo a comer! nos habían preparado una cena con ensalada, croquetas, tortilla de patata, fiambres... y por supuesto, vino de PradoRey.
Por la noche no queda en la posada sino los huéspedes, y ya nos advirtieron sobre la presencia de un fantasma que pasea por allí durante la noche, pero no tuvimos la suerte de toparnos con él. Nos ofrecieron utilizar el bar, pero la verdad estábamos todos agotados después de una jornada tan intensa y tan sólo aguantamos un rato despiertos... poco a poco fuimos retirándonos a las habitaciones vencidos por el sueño.
A la mañana siguiente nos despertaron los pájaros y, después de un buen desayuno, estábamos listos para la salida. Hora de últimas compras de los productos de la bodega y despedida. Sin duda fue un fin de semana diferente, nunca habíamos realizado una visita enoturística y realmente mereció la pena. Además, todo el personal de PradoRey y de la Posada Real Sitio de Ventosilla se desvivieron por atendernos y que estuviéramos en todo momento entretenidos. Sin duda, una experiencia recomendable y si tenéis ocasión de acudir a la II Vinoquedada que celebren en 2013 no lo dudéis ni un segundo.