Vinos, pueblos con historia y mucho arte en la comarca burgalesa del Arlanza
¿Qué hace una princesa noruega enterrada en un pequeño pueblo de la provincia de Burgos? ¿Sabías que la escultura más grande del mundo está en la comarca del Arlanza? ¿Y que Lerma se construyó para el disfrute de un rey?
En ocasiones, no hace falta irse muy lejos para descubrir rincones sorprendentes. A tan solo dos horas de Madrid, se encuentra la comarca burgalesa del Arlanza, un territorio de viñedos, con pueblos históricos habitados por quijotes que dedican su vida a tareas de lo más singulares.
Hace dos semanas recorrí estas tierras. Nuestra puerta de entrada fue la villa ducal de Lerma, muy vinculada al duque de Lerma, a Felipe III y a otros personajes como Zorrilla; en Quintanilla del Agua, descubrimos la escultura más grande del mundo: la maqueta de un pueblo medieval a tamaño real; y de una localidad ficticia pasamos a una real, tan bonita que parecía hecha a medida: Covarrubias.
Además, visitamos bodegas, probamos el vino de la Denominación de Origen de Arlanza y comimos algunos de los platos más típicos de la gastronomía local.
Días después regresé a través de las ondas en Radio Nacional. Y es que los que hacemos radio tenemos la enorme suerte de volver a visitar los lugares a los que hemos viajado.
He aquí el podcast en el Gallo que no cesa, en RNE.Lerma, una villa construida para el disfrute de Felipe III
Lerma, villa ducal
A los reyes, para que no den la lata, hay que tenerlos entretenidos y contentos. Eso, al menos, es lo que debió pensar el duque de Lerma cuando rediseñó la villa ducal de Lerma hace 400 años. Y ni corto ni perezoso levantó un pueblo para el disfrute del rey Felipe III, convirtiéndolo en su lugar de recreo.
Eligió para ello el lugar perfecto: un altozano con vistas al río Arlanza y en el Camino Real, a poca distancia de Madrid y de Valladolid. Y se dio mucha prisa en construirlo ya que el rey andaba gobernando y el propio duque estaba entrado en años (teniendo en cuenta la esperanza de vida de la época).
Por esos motivos, y porque tenía a su disposición varios obreros que habían trabajado previamente en El Escorial, utilizó el estilo herreriano, un poco pasado de moda a esas alturas. La sencillez del herreriano y su materia prima (el ladrillo) hacían que fuese más rápido que el pomposo barroco que ya había llegado a la península. Eso y que era el estilo usado en el palacio de El Escorial y que Lerma se asemejase y asociase a ese palacio, no le venía nada mal al duque.
En poco más de una década, la villa ducal se llenó de edificios al servicio de Felipe III y su corte: el palacio (anterior castillo y hoy Parador), la colegiata, seis conventos de clausura, un palacio para el abad, un hospital para enfermos y peregrinos, siete ermitas, dos molinos, una imprenta, vivienda, huertos, jardines, fábricas, etc.
Cuatro siglos después, este conjunto herreriano constituye uno de los principales atractivos de la villa como cuenta Gustavo, guía de Lerma. <<Todo lo que vamos a ver en este recorrido [en referencia a los paseos barrocos que se organizan en la oficina de turismo] lo construye el primer duque de Lerma que se llamaba Francisco Gómez de Sandoval y Rojas y fue el valido de Felipe III, el hombre de confianza del rey entre 1598 y 1618. Nos vamos a mover todo este tiempo en tan solo 20 años, a comienzos del siglo XVII>>.
Y como curiosidad. Todos estos edificios independientes estaban comunicados con el palacio por pasadizos elevados para protegerse del frío del invierno, para separar élite y pueblo y, sobre todo, para evitar el protocolo que suponía que el rey saliese a la calle. Hoy en día, se puede visitar un tramo de estos pasadizos recuperado.
Aunque gran parte del atractivo de Lerma se remonta a esa época, existen otros momentos y otros personajes históricos con un fuerte vínculo con la ciudad, entre ellos, el Cura Merino, un guerrillero que luchó contra los franceses en la Guerra de la Independencia y que está enterrado aquí.
También Zorrilla. El autor de Don Juan Tenorio pasó algunos años de su juventud en Lerma, así que podemos ver la casa donde vivió, su estatua y varias placas con sus poemas. Algunos de ellos están dedicados a Catalina, vecina de Lerma y su primer amor.
La escultura de Zorrilla junto a la ex colegiata de Lerma
Y por si se necesitan más motivos para viajar a Lerma, hace poco entró a formar parte de la lista de los pueblos más bonitos de España y el próximo año será la sede de la exposición de las Edades del Hombre.
Artlanza, la escultura más grande del mundo. Y “Mundo” es un quijote
Félix Yáñez, el creador de la “escultura más grande del mundo”
<<La idea era adecentar un poquito el entorno de mi taller. La gente venía a comprarme aquí y esto era huerta, una visión un poco fea, destartalada (así que) hago este espacio>>.
Quien cuenta esta historia es Félix Yáñez, el escultor y el creador de Territorio Artlanza “la escultura más grande del mundo”, una afirmación que defiende su autor por dos motivos: por sus dimensiones y porque el apodo de su familia es “Mundo”.
Hasta el momento, nadie le ha intentado desbaratar su idea y lo que está claro es que Territorio Artlanza es una auténtica proeza. A lo largo de 10 años, Yáñez ha invertido tiempo, dinero y energía en crear una maqueta a tamaño real de un pueblo castellano medieval típico. Con sus calles, sus plazas, corrales de comedias donde se inauguran – incluso – obras de teatro y más de una docena de museos con antigüedades. Está la escuela, la zapatería, la fragua, la panadería, la botica, una antigua bodega, etc.
Para construirlo usa, además de sus manos, elementos reutilizados. <<Todo lo que vais a ver está hecho con materiales reciclados: adobes, puertas, piedras, palos, ventanas, ladrillos. Todo es material que yo recojo en escombreras>>.
Y así, sin pretensiones, Félix Yáñez lleva una década levantando esta “escultura – pueblo” que se ha terminado desvinculando de su taller de escultura para convertirse en un atractivo con vida propia que sigue ampliándose. Nadie sabe -ni siquiera él- qué dimensiones terminará alcanzando.
La entrada para adultos cuesta 4€.
Covarrubias, tan bonito que parece una maqueta
La capilla de san Olav
Y viajamos de una escultura que representa un pueblo a un pueblo real, pero tan bonito que parece una maqueta: Covarrubias. Es tan mono que hasta sus papeleras tienen la forma de una casa típica y están hechas por los artesanos del pueblo.
Covarrubias está atravesado por el río Arlanza y muchas de sus casas del centro mantienen la arquitectura típica de la zona con bajos de piedra, soportales, entramados de madera, balconadas… La casa más antigua es del siglo XV, pero hay otras del XVI, del XVII…
Está perfectamente conservado gracias a que se decretó Conjunto Histórico Artístico en 1965, según nos cuenta Marina Gil de Gorce, encargada de la oficina de turismo de Covarrubias. <<Eso ha ayudado mucho a preservar esa estética porque, si alguien quiere hacer una reforma y la reforma afecta a la fachada de la casa, la tiene que aprobar bellas artes. Por dentro puede ser muy moderna, pero por fuera tiene que respetar una serie de criterios>>.
Además de casa, Covarrubias tiene algunos monumentos muy interesantes como el arco del Archivo, un edificio muy bonito que fue mandado construir por Felipe II en honor al médico que consiguió aliviarle la gota: el doctor Vallés (más conocido como Divino Vallés). Hoy es biblioteca y oficina de turismo.
También hay que pararse a ver los restos de la muralla de la que queda muy poco porque el mismo médico, el doctor Divino Vallés, mandó derribarla para intentar acabar con una epidemia de peste en el siglo XVI.
Muy cerca se encuentra la torre de Fernán González o torreón de doña Urraca y, al lado, la colegiata de San Cosme y San Damián, el lugar donde permanecen enterradas varias personalidades, entre ellas, la infanta Cristina de Noruega, la primera mujer del infante Felipe, hermano de Alfonso X el Sabio.
En relación con esta princesa noruega, doña Kristina, existe una ermita muy moderna a unos 3 km. del pueblo. Está dedicada a San Olav, el primer santo noruego, y se construyó hace unos cuantos años para cumplir una promesa que se hizo hace más de 700 años.
A Kristina la casaron con el infante Felipe de Castilla (hermano de Alfonso X el Sabio) en el siglo XIII para estrechar la alianza entre Noruega y Castilla. Tuvo que dejar Noruega y desplazarse hasta aquí, así que, para contentarla, su esposo le prometió que levantaría una ermita dedicada a San Olav. Kristina murió poco después y la promesa cayó en saco roto hasta que, 700 años después, la Fundación Princesa Kristina de Noruega y la Junta de Castilla y León decidieron sacar a concurso público la construcción de la capilla de San Olav.
Esta ermita, con una fuerte carga simbólica, es el punto final de un camino senderista que arranca en la catedral de Burgos y atraviesa, a lo largo de 60 kilómetros, varias poblaciones de la comarca burgalesa Tierra de Lara.
Tierra de viñedos y de buena mesa
Bodega de Covarrubias
Además de cultura, patrimonio e historia, Arlanza es una comarca de buena mesa. Son famosos los asados de cordero, las chuletillas, la morcilla y los platos de setas. Y también el vino, sobre todo, hecho de uva tempranilla.
La Denominación de Origen Arlanza es una de las D.O. más recientes del país. Miguel Angel Rojo, el presidente del Consejo Regulador, nos aporta más información. <<El 50% de nuestro viñedo es un viñedo muy antiguo, muy viejo, que pasarán de los 80, 90, 100 años. Esta comarca fue una comarca de vinos de toda la vida, con mucha historia. Y lo que hay aún es mucho viñedo viejo que la gente lo emplea aún para su consumo en la bodega>>.
Los amantes del vino encontrarán interesante visitar bodegas como la de Buezo, una empresa moderna, rodeada de viñedos o la bodega subterránea de Covarrubias por su particularidad y porque es una de las pocas de la D.O. Arlanza que continúa elaborando el vino bajo tierra.
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