¿Violencia de género?

Es un anuncio de salones de belleza, anuncio reservado a los propios centros, pero ha sido fuertemente criticado y censurado por promover la violencia de género. El varón, solícito, está a punto de colocar un colgante en el cuello de la dama, elegantemente vestida. La única pega, es que la chica tiene un ojo morado, a la “funerala” que se decía antes, y claro, saltaron las alarmas porque el motivo del desaguisado había de ser el hombre y vieron apología de la violencia machista. Uno, mucho más simple, piensa, indudablemente, que puede tratarse de uno de tales casos, pero también pudo haber sufrido la agresión de una amiga celosa, haberse caído por las escaleras, o tropezado con el quicio de la puerta. La leyenda publicitaria, tampoco ayuda mucho. Desde luego, la reacción de los medios que ven indicios de otorgar “glamour” a la violencia de género, suena más bien a ataque preventivo, existiendo numerosas situaciones de la vida diaria que podrían ser igualmente interpretadas en ese sentido. De tal modo se llega a las prohibiciones como medio más eficaz de proteger la libertad, lo cual no deja de ser paradójico. Como defendemos a los animales, prohibimos los toros; para preservar la salud de fumadores y no fumadores, impedimos el consumo de tabaco en cualquier establecimiento público, aunque sea privado y su dueño muestre conformidad con el consumo de cigarrillos. Cada vez estamos más cerca del mundo feliz de Huxley, mientras nuestros gobernantes defienden la alianza de civilizaciones con países en los que la mujer no tiene voto y se lapida por cometer adulterio. Así son las cosas. Que quiten el anuncio, a mi personalmente, tanto me da.